Sabemos que nuestro planeta está lleno de riquezas y elementos muy valiosos, sin embargo, encontrarlos no siempre es sencillo y una vez que ya los encontramos, llega el desafío de cómo extraerlos. En busca de algo imposible un país está dispuesto a perforar una mina de oro y recorrer kilómetros de profundidad, pero ¿De qué se trata? ¿Cuál es el plan? Quédate para descubrirlo.
El oro en nuestro planeta
El oro ha sido, históricamente, el motor de muchas de las excavaciones más profundas de la Tierra, pero ahora, en un lugar del mundo, un grupo de científicos ha tomado una mina de oro famosa y la ha cambiado por completo.
La operación que están llevando a cabo es muy ambiciosa y peligrosa, pues requiere perforar y descender a una profundidad extrema, hasta un kilómetro bajo tierra, para crear un laboratorio totalmente aislado.
Pero lo más curioso es que el objetivo de no es el metal precioso, sino que están buscando algo que no tiene valor económico, pero que a pesar de eso, podría cambiarlo todo lo que sabemos sobre el universo. Se trata de un experimento científico de primer nivel que busca una señal.
Resulta que en la antigua mina de oro de Stawell, ubicada en Australia, los mineros y los físicos se han unido en una misión que parece imposible. Están buscando la sustancia más esquiva de todo el universo y que podría reescribir los libros de física.
En busca de la materia oscura
El proyecto se llama SABRE South Experiment y tiene como objetivo central detectar la Materia Oscura, una sustancia que aunque no podemos verla ni tocarla, se cree que forma cerca del 75% del universo.
El experimento es tan misterioso como el laboratorio ultrasecreto de China y está diseñado para identificar la presencia de WIMP (Partículas Masivas que Interactúan Débilmente), que se consideran las principales candidatas a formar esta materia invisible.
El laboratorio subterráneo de Stawell (SUPL) es el lugar ideal para buscarla porque está a un kilómetro de profundidad y cubierto por toneladas de roca, acero y plástico, así que han instalado un aparato de medición que debe ser el más sensible del mundo.
En el corazón de este aparato hay unos cristales de yoduro de sodio súper-sensibles. Los científicos esperan que, si las partículas WIMP chocan con la materia normal, produzcan unos pequeños y muy débiles destellos de luz que el aparato pueda registrar.
El director del proyecto, Phillip Urquijo, explicó que quieren repetir un resultado que se encontró en 1998 en Italia. Ese resultado sugirió que sí se había detectado la materia oscura, lo que desató una gran competencia científica.
Actualmente, equipos en Italia, España y Corea del Sur compiten por verificar estos resultados, pero Australia tiene una ventaja única, pues al estar en el hemisferio sur, permitirá comparar sus datos con los del norte y así descartar errores causados por el clima o variaciones de estación.
De mina a laboratorio extremo
La directora Elisabetta Barberio subraya la gran relevancia de la búsqueda «esta investigación nos dirá de qué está hecha realmente la mayor parte del cosmos». El equipo australiano espera iniciar la recopilación de datos el próximo año.
Para estar seguros del hallazgo, se requerirán al menos cinco años de observación continua. «Si lo detectáramos sólo un año, podríamos pensar que es una casualidad», explicó Urquijo, insistiendo en que necesitan constancia para confirmar una señal tan importante.
Sin duda este proyecto es muy ambicioso, al igual que la apuesta millonaria de España, pero nos demuestra que los límites del conocimiento están más allá de lo que podemos ver. Perforar un kilómetro no es una búsqueda de metal, sino una búsqueda de la verdad, pues los científicos buscan comprender el universo y del mundo en el que vivimos.