Producir grandes cantidades de energía es la meta de muchos países y España no es la excepción, de hecho, está dispuesta a invertir mucho dinero con tal de conseguir su objetivo. En medio de una era llena de tecnología y una demanda de electricidad que crece todos los días, una empresa de España ha decidido invertir casi 60 000 millones de euros para producir la energía del futuro.
España en una era tecnológica
El mundo está a las puertas de una nueva revolución tecnológica impulsada por la Inteligencia Artificial (IA), sin embargo, esta tecnología requiere enormes cantidades de electricidad para alimentar los centros de datos que la hacen funcionar.
En busca de soluciones, una de las empresas más grandes de España ha hecho una apuesta audaz y monumental. El presidente ejecutivo de la compañía, Ignacio Galán, ha definido un giro estratégico sorprendente, reposicionando a su empresa para capturar esta demanda.
De ser una simple generadora de energía, pasará a ser el motor que alimente las ambiciones tecnológicas de Occidente. Es una apuesta brutal por convertirse en el «TSMC de la energía», en referencia al gigante de los chips.
La protagonista detrás de este proyecto es la empresa de energía Iberdrola, que ha apostado todo con casi 58 000 millones de euros en inversiones hasta 2028 para transformar sus redes en la fuente de energía.
Un plan muy ambicioso
Si te sorprendiste con el ambicioso plan de China para encontrar tesoros, quédate, porque el plan de Iberdrola también es muy ambicioso, pues no se quedará únicamente en España. La eléctrica española está destinando el 65% de su inversión total a solo dos mercados fuera de la Península Ibérica.
Pero ¿cuáles son estos mercados y por qué son tan importantes? los dos mercados son Reino Unido, que recibirá 20 000 millones de euros y Estados Unidos que recibirá 16 000 millones de euros. Ambas inversiones se destinarán a las redes eléctricas.
La clave está en que estos dos países están liderando la tecnología y todo lo relacionado a la inteligencia artificial, entonces al invertir allí, Iberdrola se posiciona como el proveedor crítico de la infraestructura que alimenta el futuro tecnológico mundial.
Otro punto muy importante es la ganancia, ya que este negocio ofrece ganancias reguladas del 9,5%, mucho más estables que la simple venta de energía. Con esto, Iberdrola busca que el 75% de sus ingresos futuros no dependa de los precios volátiles de la electricidad.
Una advertencia para España
La Península Ibérica recibirá solo 9000 millones de euros, el 15% del total, lo que ha generado una gran polémica interna, sin embargo, el bajo porcentaje tiene una razón y un mensaje directo al gobierno y al regulador español (la CNMC).
Galán ya había advertido que si las condiciones en España no eran buenas, apostarían por otros países. La clave aquí es es cuánto se le permite ganar a Iberdrola por el uso de sus redes eléctricas en España y lamentablemente la ganancia es muy poca.
El regulador propone una ganancia asegurada del 6,46%, una cifra que Iberdrola considera insuficiente para justificar una inversión tan grande. La compañía exige un mínimo de 7%, acercándose más al alto retorno que obtiene en el mundo anglosajón.
Esta diferencia porcentual, aunque parece pequeña, tiene un impacto monumental en el negocio y podría determinar si España mantiene o pierde una de las mayores inversiones industriales del país. La empresa solo busca invertir donde su dinero esté más seguro y tenga grandes ganancias.
Pero a pesar de todos los problemas, hay que reconocer que Iberdrola sigue firme en su estrategia global, de hecho con este plan, la empresa promete alcanzar un beneficio neto de 7600 millones de euros en 2028 y crear 15 000 nuevos empleos en todo el mundo.
Al invertir 58 000 millones de euros en las redes de países tan importantes como Estados Unidos y el Reino Unido, la empresa española deja claras sus prioridades. Iberdrola está convencida de que la electrificación y el boom de la Inteligencia Artificial (IA) serán lo que mueva el dinero en las próximas décadas. Si Galán tiene razón, la compañía liderará toda la revolución de la inteligencia artificial y mientras eso sucede, China crea el material del futuro.