Desde que el mundo entró en la era de la transición energética, ha estado buscando fuentes de energía renovables que sean ecológicas y no tengan emisiones de gases de efecto invernadero. El área que presenta mayores innovaciones en este sentido es la de la movilidad, lo que es lógico, puesto que se cuenta entre las más contaminantes del planeta. Sin embargo, también es indispensable para los otros sectores productivos. Por ello, te presentamos el motor que da miedo, pues utiliza un combustible que es 700 veces más poderoso que la gasolina.
Los combustibles más utilizados para la movilidad ecológica
En la búsqueda de combustibles para la movilidad que sean ecológicos y brinden una gran densidad energética, han surgido como opciones la electricidad almacenada en baterías y el hidrógeno verde. Pero si bien son una estupenda alternativa frente a los carburantes fósiles, poseen múltiples desventajas que han impedido que se masifiquen en todo el mundo, siendo adoptados solo por unos pocos.
En el caso del hidrógeno verde, el principal método para su obtención es utilizando la electrólisis, pero es un proceso que requiere mucha potencia eléctrica y es muy caro. Para la electricidad como combustible, el inconveniente es por las baterías recargables, ya que su producción es costosa a pesar de ser en serie. Adicionalmente, requiere de materiales como níquel, litio y cobalto. Pero ahora hay un motor que no usa ninguno de los dos.
El motor ecológico que utiliza un combustible 700 veces más potente que los fósiles
La compañía inglesa Dearman, ha presentado un motor que realmente da miedo, ya que se alimenta de un combustible que es innovador y es mucho mejor que los carburantes fósiles, aproximadamente 700 veces. De igual manera, aventaja a los actuales renovables como el hidrógeno y la electricidad. Estamos hablando del nitrógeno líquido que emerge para producir un antes y un después en la industria del transporte.
Ya que la máquina que opera con este elemento no necesita de sustancias fósiles ni baterías pesadas. En su forma gaseosa, conforma casi el 80 % del aire, por lo cual es muy abundante en la naturaleza junto con el hidrógeno; incluso hay un proyecto para fusionar estos dos elementos para crear un combustible marino. Tampoco genera emisiones de CO2, sino que aprovecha su expansión térmica para producir energía mecánica.
Es posible su almacenamiento a temperaturas menores a los -197 °C y guarda mucha energía potencial al pasar a estado líquido. Pero, cuando esta temperatura sube y se convierte de nuevo en gas, se expande unas 700 veces su volumen inicial. Por lo que ejerce una gran presión que es aprovechada por el motor para poder mover el coche sin que necesite un sistema de combustión.
Las ventajas y desventajas del nitrógeno como combustible
La producción del nitrógeno se hace mediante una técnica conocida como “licuefacción del aire” que requiere poca potencia eléctrica, por lo que es susceptible de alimentarse con fuentes renovables pequeñas. Por otra parte, deja una huella ambiental muy reducida. Igualmente, no necesita estructuras específicas para su almacenamiento, puesto que se pueden reutilizar las existentes en la industria de gases.
Pero esto último también representa su principal desventaja, por aquello de que para mantenerlo en estado líquido se requiere que el contenedor sea criogénico, es decir, que mantenga la sustancia a temperaturas muy bajas. Pero a pesar de este inconveniente, que será resuelto con los avances tecnológicos en aislamiento, el motor de nitrógeno líquido es una muy buena opción en el corto plazo.
Concluyendo, al ser alimentado con nitrógeno líquido, que es 700 veces más poderoso que la gasolina, este motor despierta mucho temor, porque es ecológico y muy potente al mismo tiempo. Esta máquina será una dura competidora para la de 6 000 millones de dólares, puesto que sus emisiones de gases de efecto invernadero son mínimas. Adicionalmente, la producción de este carburante exige muy poca energía, aunque tiene la desventaja de que su almacenamiento se debe realizar en tanques criogénicos a temperaturas inferiores a los -197 °C.