Los supercoches eléctricos disponen ahora de un motor fabricado por una firma alemana y con esto se estaría entrando a una nueva era. Este tipo de coche se caracteriza por utilizar un poderoso impulsor que le proporciona la potencia necesaria para alcanzar altas velocidades y hasta ahora se había logrado mediante la combustión de combustibles fósiles. Se había intentado alcanzar la energía suficiente por medio de la electricidad para evitar las emisiones, pero se toparon con varias dificultades. Sin embargo, un fabricante germano acaba de encontrar la forma de superar el reto y una novedosa etapa está por comenzar.
En los supercoches se requiere alta eficiencia en poco espacio y una mítica firma alemana lo logró
Los supercoches deportivos están asociados al concepto de alto rendimiento pero también al de altas emisiones. De allí que frente a la presión creciente por la vigencia de la sostenibilidad los fabricantes llevan tiempo abogando por un motor que les proporcione no solo potencia sino además que se alimente de energía limpia.
Diversos fabricantes han realizado esfuerzos por incluir en sus diseños diversas fuentes de energía que no generan emisiones contaminantes; sin embargo, el problema es que estos propulsores suelen requerir de componentes adicionales, como acumuladores o tanques, los cuales ocupan un espacio considerable.
Por consiguiente, el gran reto que tienen los fabricantes de coches deportivos es poder integrar un motor eléctrico a estos bólidos, porque la meta es que resulten pequeños y ligeros. La integración es muy difícil porque estos propulsores, aunque eficientes, silenciosos y poco contaminantes, son muy voluminosos.
Para superar el problema del volumen y peso excesivo un emblemático fabricante alemán pensó en combinar características del motor de flujo radial y el axial. El resultado ha sido el primer AMG eléctrico de Mercedes-Benz: Proyect XX.
Sustituyeron los cilindros por discos una vez que se pusieron uno al lado del otro
Es considerado más o menos imposible fabricar un motor eléctrico que sea ligero y compacto, de modo que pueda incorporarse a un coche deportivo sin que produzca un excesivo peso, y que sea además potente para competir con un V8 o un V12. Esto ha llevado a que los fabricantes empleen en sus coches deportivos motores de combustión interna, como es el caso de:
- Ferrari
- Maserati
- Lamborghini
- Bugatti
- BMW
- Audi
Un motor de flujo radial difiere del de flujo axial en cuanto a la disposición del rotor y el estator. En el caso del primero el rotor se encuentra dentro del estator, mientras que en el segundo uno está al lado del otro. En este último caso ayuda a fabricar impulsores con un diámetro más grande, pero son menos gruesos al utilizar discos en lugar de cilindros.
Un diámetro más grande conlleva a un desarrollo de valores de par más altos para igual aplicación de fuerza porque implica la creación de un campo magnético de mayor intensidad. Los aspectos positivos que se logran en un motor eléctrico que acabará con la combustión son los siguientes:
- 67% menos peso
- Dimensiones más reducidas
- Mayor densidad de potencia (x3)
- Mayor densidad de par (x2)
Un sándwich alemán con un toque inglés que pesa trece kilos y tiene una potencia de 740 CV
Para alcanzar este objetivo Mercedes Benz adquirió Yasa, una empresa fabricante de motores de flujo axial localizada en Oxford. Este propulsor con diseño de flujo axial posee una estructura en forma de sándwich, donde el estator va en el centro mientras que los rotores se colocan a los lados, reúne las siguientes características:
- 13,1 Kg
- 550 kW
- 740 CV
Un aspecto interesante de este propulsor es que no consiste en un prototipo de carácter experimental sino que comprende además un uso práctico. De hecho, YASA ya cuenta con la patente tecnológica y está viendo como llevarla a la producción en serie. De lograrse se desplomaría la última traba impuesta por la combustión.
En conclusión, se está en camino de redefinir el coche de alto rendimiento con la incorporación de motores eléctricos en supercoches. Hasta ahora el reto había sido reducir el volumen y peso en estos propulsores de alta potencia y cero emisiones. Un mítico fabricante alemán parece haber conseguido el dato clave para esta integración con su nuevo motor de flujo axial diseñado y fabricado con ayuda de la firma británica Yasa. El primer AMG eléctrico de Mercedes-Benz en forma de sándwich ya cuenta con una patente tecnológica y está en la ruta hacia la producción en serie, constituyendo esto la superación de un sólido obstáculo y representando un hito en la transición energética.