Los motores que se conciben como perfectos son aquellos que podrían usar cualquier tipo de combustible para lograr la potencia necesaria generando un nivel de contaminación tan bajo como el de uno eléctrico, es decir, que sea muy potente y prácticamente no tenga huella de carbono ¿Se trata acaso de un sueño?
El fin de los motores de combustión está cercano y este es su posible sustituto
Los fabricantes de motores tienen un gigantesco desafío enfrente porque la legislación ambiental ha venido imponiendo plazos que cada vez lucen más cercanos y que parecieran están obligándolos a buscar lo imposible: Un motor de una alta potencia como el de combustión pero tan limpio como el eléctrico.
En este particular se han realizado esfuerzos por construir esta suerte de motor fantástico que al fin contribuya a esa transición energética tan necesaria para el mundo y para la cual en Europa ya ha sido establecido una fecha que hoy luce muy cercana, pues apenas falta una década para la eliminación de los motores de combustión.
El año que la UE ha establecido como límite para la eliminación de la comercialización de coches nuevos con motor térmico es 2035, a partir de dicha fecha se venderán solamente coches cero emisión, lo cual equivale a decir únicamente eléctricos o de hidrógeno.
Por lo tanto, se acentúan los esfuerzos por obtener motores de combustión ultralimpios como la vía intermedia en dirección hacia el recorte de emisiones y el consumo de combustibles fósiles de manera previa a la completa interrupción de la producción de impulsores térmicos.
Del otro lado del océano se ha producido una creación que es vista como una salida intermedia
En este contexto resalta la creación de un motor OP por parte de la empresa estadounidense Achates Power, un impulsor capaz de operar con combustibles renovables y hasta con hidrógeno, lo cual lleva a mantener los niveles de eficiencia con un bajo nivel de emisión, según las pruebas realizadas.
Un aspecto novedoso radica en la disposición de pares de pistones contrarios en cilindros movilizados en sentido opuesto y que eliminan en su totalidad la culata tradicional; un diseño donde el movimiento de estos pistones produce un trabajo útil, equiparándolo con el motor más eficiente jamás creado.
El trabajo generado por el desplazamiento de los pistones mediante la compresión de la mezcla y la expulsión de los gases producidos es lo que catapulta al máximo en este propulsor de reciente creación la transferencia energética y disminuye de manera significativa la pérdida térmica.
El uso de hidrógeno como combustible en este motor prácticamente lo convierte en eléctrico
Otro punto interesante es que en este motor se ha simplificado la construcción con la eliminación de piezas como la culata, las válvulas y el árbol de levas y con esto se han eliminado además muchas de las causas de deficiencia en los tradicionales motores de combustión.
Se trata de un diseño atractivo para propósitos militares y logístico bastante compacto con 2 cigüeñales en la que tiene cabida un bloque ultracompacto en el que se ha reducido el número de piezas móviles y resulta de menor tamaño que los motores diésel convencionales de potencia equivalente.
Según la empresa, usando biocombustibles o hidrógeno la huella de carbono final del motor sería equiparable o inferior a la de un coche eléctrico. De esta forma Achates propone una tecnología de transición: más limpia que un diésel convencional y con compatibilidad inmediata con la infraestructura de combustibles existentes, mitigando el impacto de la transición antes de 2035.
En conclusión, el Santo Grial de los motores parece haber sido descubierto por esta firma fabricante estadounidense pues el impulsor que han creado emplea casi cualquier combustible y contamina tanto como uno eléctrico, constituyéndose en la vía intermedia más favorable en la percepción ciudadana de la transición energética.