Las gran muralla de China es reconocida como una de las maravillas del mundo aunque no es las única pues España también posee unas que aun cuando no son tan colosales que sea posible avistarlas desde el espacio comprende un conjunto de elementos que las convierten en uno de los grandes atractivos turísticos españoles.
Estas murallas no son tan grandes como la China pero las de España son especiales por su esta condición particular
La Gran Muralla China fue construida con ladrillos y piedras por gobernantes chinos en su mayoría de la dinastía Ming entre los siglos V a.C y XVI con el fin de protegerse de las invasiones de pueblos nómadas y con el tiempo por su extensión y robustez se convirtió en uno de los principales atractivos turísticos mundiales.
Pero China no es la única que ostenta este tipo de construcción pues en España no fueron levantados grandes paredes en territorio español con fines defensivos pero la naturaleza se encargó de hacerlas y aunque no tiene la gigantesca extensión del gran muro asiático hoy en día representa una auténtica maravilla natural.
España al igual que China cuenta con una muralla colosal digna de elogio, solo que la española es completamente natural y se encuentra localizada en un pueblo aragonés abandonado. Esta formación geológica que recibe el nombre de Roques de la Vila conforma uno de los paisajes más exuberantes de todo el país.
Un espectáculo natural en medio de un pueblo fantasma
Los Roques de la Vila se encuentra en la sierra del Montsec a los pies del Pirineo, entre Huesca y Lleida, y en ella se encuentra esta fabulosa formación natural originada del movimiento tectónico que levantó verticalmente la piedra calcárea en forma de barrera.
Esta muralla natural además de los pliegues tectónicos es producto de la erosión de muchos años en una doble hilera de estratos de piedra en forma vertical extendidas sobre el pantano de Canelles, alcanzando una extensión de 840 metros y una altura en algunos tramos de hasta 20 metros que le dan un aspecto de cola de dragón.
En un contexto turístico se le ha denominado como La muralla china de Finestres y se erige en un escarpado perfil de dos paredes, que se extienden en paralelo cruzando el pantano de Canelles, y fue moldeada por la erosión del agua y el viento a lo largo de los años.
Se estima que el origen de este gran muro de roca caliza data del periodo cretácico lo que le confiere un alto valor geológico, además de que este pequeño pueblo español fantasma se encuentra rodeado de ruinas históricas que añaden más atracción para el turista, tal como señalan autoridades de turismo en Aragón.
¿Te gusta la aventura? Entonces estás listo para disfrutar de esta maravilla natural
El nombre turístico dado a esta formación próxima a las aguas del embalse de Canelles y la sierra del Montsec obedece al hecho de que su curiosa forma se asemeja a la Gran Muralla China y aunque no recibe como ésta el título de Patrimonio de la Humanidad se muestra como una de las grandes maravillas naturales de España.
El entorno de esta formación está matizada de atractivo turístico porque además del Congost de Mont Rebei y las obras artísticas pétreas se encuentran próximas a ella restos de un castillo medieval y las ermitas de San Marcos y San Vicente ubicadas por encima de esta muralla y que datan del siglo XI.
Para admirar esta maravilla natural hay dos opciones en el acceso: Una es a través de un viaje en un kayac u otra embarcación ligera desde Corça o Congost de Montrebei y la otra es un recorrido aventurero a través de una vía forestal montado en un rústico 4 x 4 o caminando unos 15 kilómetros desde el puente de Penaver próximo a Estopiñán del Castillo.
En conclusión, no solo China tiene grandes murallas pues en España los movimientos de las placas tectónicas y vientos erosionadores se han encargado de construir colosales muros de roca caliza, quedando como una maravilla natural que es única en el mundo.