La crisis energética se ha vuelto muy preocupante a nivel mundial, así que la búsqueda de soluciones sostenibles y eficientes se ha convertido en una prioridad para las potencias mundiales, a tal punto que deben espiar a un pequeño pueblo español para encontrar la clave del éxito y salir de todos estos problemas.
En búsqueda de soluciones
Debido a la crisis energética y a la contaminación de nuestro planeta que, es cada día más evidente, los países se han propuesto la meta de transicionar a energías verdes, es decir a las que son renovables y no contaminan, pero el camino para la transición no ha sido nada sencillo.
Mientras grandes naciones invierten miles de millones en megaproyectos y complejas infraestructuras, a menudo pasan por alto modelos más pequeños, que podrían ser igual de efectivos, como los de un pequeño pueblo español.
Pero ¿Qué podría ser tan revolucionario en un pueblo para captar la atención de las potencias globales? Pues como es de esperarse, en un pequeño pueblo no hay enormes riquezas, sin embargo, su verdadero tesoro es su modelo de gestión energética.
La revolución de un pequeño pueblo español
En el corazón de la Comunidad Valenciana, en la localidad de Crevillent, se está gestando una revolución energética que ya es modelo a nivel nacional y llama la atención de todos, al igual que la extraña siembra de baterías.
Pero ¿Qué la hace tan especial? Pues la clave está en una microplanta solar fotovoltaica de 3,4 megavatios (MW), llamada Campillo con una muy avanzada tecnología, pues son más de 6000 paneles que siguen al sol y son bifaciales, es decir que captan energía por ambas caras.
El proyecto trabaja con dos líneas principales, por un lado, instalan paneles solares en los techos de edificios públicos cedidos por el Ayuntamiento, como ya han hecho en casi diez lugares como el Parque El Realengo y el Pabellón Félix Candela.
Y por otro lado, desarrollan plantas solares más grandes en terrenos cercanos al pueblo y la más reciente, llamada Campillo, es un gran ejemplo de esto, con esta planta la energía total que produce el pueblo ronda los 5 megavatios.
Pero esto no termina aquí, pues su meta es que la totalidad de sus 10 000 hogares sean cubiertos por alguna de estas instalaciones para el año 2030. Actualmente alrededor de 1000 casas están usando esta forma de energía y se espera que lleguen a 3000 para finales de 2025 y a 4000 en 2026.
Un secreto que todos quieren descubrir
El secreto que atrae miradas globales es el modelo de Enercoop. Su director general, Joaquín Mas, lo resume: «No es cuestión de tamaño, es cuestión de modelo», ellos puestan por microplantas de 3 a 5 MW, con bajo impacto visual y usando la mejor tecnología como los paneles bifaciales.
Para el Campillo se invirtieron más de 2,8 millones de euros, con un apoyo de 900 000 euros proveniente del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y el director general Miguel Rodrigo destacó lo siguiente:«Las comunidades energéticas de España se miran en el espejo de Enercoop”
Con esto explica que muchas localidades quieren ser como ella. La eficiencia y la capacidad de autoabastecimiento sumado a un modelo de negocio que beneficia a sus habitantes, lo convierten en un caso de estudio fascinante para potencias mundiales.
Así, un pequeño pueblo se ha convertido en un referente a nivel mundial, por lo que no sería extraño que ante el éxito innegable de Crevillent hasta las superpotencias quieran conocer más detalles sobre este modelo, que al parecer es la clave para la transición energética, sobre todo ahora que descubrieron una fuente de energía infinita.