No podemos negar que China es una superpotencia y lo que haga, nos termina afectando a todos, pero ahora ha superado todos los límites, pues resulta que llevaba años ejecutando un plan para liderar el mundo y su ambición es tan grande que nada la hará detenerse, pero ¿de qué se trata?
Un país cada día más poderoso
China es prácticamente la fábrica del mundo, pues son los mayores productores de todo tipo de productos, pero muchas veces nos preguntamos ¿a qué se debe esto? ¿Qué la hace tan poderosa? Y por supuesto, la respuesta es bastante compleja, porque se debe a muchos factores.
Desde sus estrategias comerciales, hasta su mano de obra, todo termina sumando para que se haga más y más poderosa, sin embargo hay un factor clave que podría considerarse una de las principales razones y son sus tierras raras.
Y con esto, no nos referimos al terreno chino, sino a los elementos químicos llamados ‘tierras raras’ que básicamente son riquezas, ya que todos los artefactos tecnológicos contienen este tipo de materiales y China tiene las más grandes reservas de tierras raras, por lo que gran parte de su riqueza se debe a esto.
Pero su ambición no se detiene, siempre quiere ir por más, por eso, ahora tiene un plan muy estratégico que lleva años ejecutando y con el que podría volverse aún más poderosa, pues controlarán las materias primas más importantes.
El plan ambicioso de China
Las compras de minas chinas en el extranjero están en su punto más alto en más de una década y las empresas chinas están compitiendo agresivamente para asegurar los minerales que sostienen la economía global, especialmente en medio de las crecientes tensiones geopolíticas.
El año pasado, se realizaron 10 grandes compras de minas, cada una por más de 100 millones de dólares, la cifra más alta desde 2013, pero ¿A qué se debe este aumento tan grande? Principalmente a que el gigante asiático busca anticiparse a un ambiente geopolítico cada vez más complicado.
Esto se alinea con su objetivo de ser líder en la fabricación de alta tecnología, incluyendo baterías y energías renovables e incluso están liderando el transporte público con esta nueva innovación, sin embargo sus planes no se detienen.
Por su parte, Estados Unidos y varios países europeos quieren reducir su dependencia de China en relación con las tierras raras, mientas que países como Canadá están siendo más cautelosos con las inversiones chinas en sus minas y Australia extrae la materia de su población.
Sin embargo, las empresas chinas han demostrado una gran habilidad para adquirir minas de sus rivales occidentales porque están abiertas a realizar inversiones a largo plazo en áreas que se consideran más arriesgadas.
De hecho, analistas afirman que China busca «mantener activamente a Occidente fuera de ciertos materiales críticos» y se dice que «cada vez que alguien se acerca a la minería de litio, los chinos vienen corriendo con una chequera».
Una estrategia que llega hasta África
Las tierras raras, son un ejemplo claro del poder del país pues hace dos décadas, fábricas estadounidenses que convertían estos metales en imanes trasladaron su producción a China, pero hoy Estados Unidos enfrenta las consecuencias de esa pérdida en la cadena de suministro.
El gobierno chino ha interrumpido bruscamente las exportaciones de imanes de tierras raras, impactando severamente a empresas estadounidenses y europeas, especialmente a la industria automotriz que necesitan estos imanes para motores eléctricos.
Actualmente el gigante asiático está produciendo el 90% de toneladas anuales de imanes de tierras raras de alto rendimiento a nivel mundial y su ventaja es enorme pues su industria estatal tiene menos regulaciones ambientales y un presupuesto ilimitado.
Y como su ambición no se detiene su plan ha llegado hasta África y cuando algunos gobiernos africanos buscan tomar el control de minas occidentales y exigir más beneficios, las empresas chinas suelen estar dispuestas a aceptar acuerdos menos rentables con tal de quitárselas.
Sin duda esta estrategia global de inversión que va desde América hasta África y el dominio en el procesamiento de materiales valiosos y tierras raras es lo que muchos analistas ven como un plan indetenible que podría afectar enormemente la economía mundial y al parecer la ambición de China no va detenerse, sobre todo ahora que están liderando la industria automotriz y la movilidad eléctrica.