Actualmente los perros en Corea del Sur atraviesan una triste y paradójica situación de la cual posiblemente no haya manera de salvarlos a todos, sabiendo que voceros gubernamentales, comerciantes y defensores de animales cada uno desde su posición no han encontrado la solución ideal.
Los perros en Corea del Sur no han podido ser salvados de las ricas tradiciones
Corea del Sur es uno de los países asiáticos donde el consumo de carne de perro es una práctica que se remonta a muchos años atrás, por lo que es usual que existan pequeñas y medianas granjas donde estos animales domésticos son criados con el fin de venderlos y luego ser llevados al matadero.
Pero ahora esta actividad productiva para muchas familias de escasos recursos ha derivado en una paradoja cuando se ha intentado salvar a los perros del consumo humano, asumiendo que hay una inmensa cantidad de estos animales que actualmente están en cautiverio y no se sabe qué hacer con ellos.
En enero del año pasado el gobierno de Corea del Sur dictó una medida de prohibición de la cría, matanza, venta y consumo de carne de perro, estableciendo un periodo de aplicabilidad de 3 años para la transición, es decir, la prohibición estará vigente a partir de 2027.
Sin embargo, voceros de algunas organizaciones defensoras de animales y expertos argumentan que no es tiempo suficiente para que se produzca la eliminación de estas prácticas en forma gradual, sobre todo considerando que se trata de una industria establecida durante muchas generaciones.
Estos animales se salvan de ir matadero pero su destino puede significar una muerte segura
Los propietarios de granjas y defensores de animales sostienen que hasta ahora las autoridades no han dispuesto salvaguardas a favor de productores y los perros que actualmente se encuentran en cautiverio y cuya cifra se estima asciende por encima de los 500 mil ejemplares.
Inclusive los miembros de organizaciones internacionales de protección animal han mencionado los obstáculos que enfrenta la aplicación de la prohibición, especialmente en cuanto al destino que tendrán los canes que ya no van al matadero y enfrentan ahora una posible medida de sacrificio.
Cuando ya se está en medio del periodo de gracia las personas dedicadas a la cría de perros se enfrentan con el dilema de qué hacer con los cientos de ejemplares que tienen en cautiverio y no han podido vender, lo cual además de generarle costes por la alimentación de estos animales plantea el posible cierre de la granja.
En la mayoría de los casos se trata de pequeños granjeros con escasos recursos, tal como sostiene el presidente de la Asociación Coreana de Perros Comestibles, señalando los padecimientos que ahora enfrentan las familias dedicadas a la cría de perros para el consumo.
Las ventas en las granjas han caído pero la matanza amenaza con continuar
El presidente de la organización y uno de los representantes de la industria explica que la prohibición ha traído como consecuencia la acumulación de grandes deudas prácticamente impagables y la búsqueda de nuevas maneras de obtener ingresos para el sustento de la familia, lo cual no ha sido fácil.
Quienes persistan en mantener la venta de carne de perro se enfrentan con la posibilidad de ser sentenciados a penas del pago de multas y hasta dos años de prisión, pero aunque quisieran asumir el riesgo enfrentan ahora el problema de que no hay compradores.
El propietario de una de estas granjas de perros confiesa haber invertido todo su capital en lo que era antes un negocio con ventas promedio de 6 perros a la semana y actualmente es cero, generándose el problema de qué hacer con los que actualmente se encuentran todavía en cautiverio por no haber sido vendidos.
Si los propietarios abandonan a estos canes a su suerte, según un vocero del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales (MAFRA), los gobiernos locales tendrían que asumir la propiedad y mantenerlos hasta que sean adoptados, derivando esto en el problema de la falta de recursos.
En conclusión, es paradójica y triste la situación que viven hoy los perros en Corea del Sur, puesto que la prohibición gubernamental de su venta para el consumo masivo de carne en lugar de plantear su salvación los estaría empujando a su sacrificio al no tener un hogar de adopción luego de ser liberados.