Vencer a la muerte ha sido un objetivo milenario, cuentos extraordinarios ya han dado con la respuesta: la piedra filosofal, una fuente de la juventud escondida en medio de un bosque, o algún elixir mágico. Pero hoy, no se trata de cuentos de hadas, multimillonarios de la tecnología ya se encuentran convirtiendo esta fantasía en un proyecto real. No se trata de cremas o dietas milagrosas, sino un programa capaz de “hackear” el mecanismo biológico del ser humano con una pizca de inteligencia artificial.
Agregando diez años a tu vida
Los humanos conocen al envejecimiento como parte del “ciclo de la vida”, una ley natural e inmutable que ninguna ciencia ha logrado desafiar. La medicina avanzó curando enfermedades, extendiendo aquella esperanza de vida, pero todos terminamos de la misma manera: ancianos y frágiles, para eventualmente partir de este mundo. Pero esa resignación puede estar quedando atrás.
Joe Betts-LaCroix fundó Retro Biosciences con un objetivo tan directo como revolucionario: añadir diez años de vida saludable a cada persona. No se trata de mantenerte respirando conectado a ventiladores y máquinas, sino de extender genuinamente tus años de vitalidad, energía y salud. La empresa ya iniciado operaciones con una inversión de más de 180 millones de dólares, con Sam Altman, cofundador de OpenAI, como uno de sus principales inversores.
La estrategia de esta Start-up es atacar el problema desde la raíz: reprogramar las células de “una edad avanzada”, terapias de rejuvenecimiento mediante autofagia celular y la eliminación de células senescentes. Básicamente, la estrategia consiste en limpiar profundamente las células mediante la autofagia (reciclaje interno) y eliminar las células «zombi» (senescentes) para que el cuerpo pueda regenerar tejido más sano y funcionar como uno más joven.
Los experimentos preliminares ya han dado fruto, fueron realizados en ratones de laboratorio, y han dado datos sorprendentes. Aquellos animales tratados no sólo viven más tiempo, sino que mantienen las capacidades físicas y cognitivas durante ese periodo. Claro, existe un abismo entre los ratones y nosotros, pero el equipo de Joe sostiene que los mecanismos biológicos que compartimos tienen suficientes similitudes para justificar el entusiasmo.
El gran negocio que evita la muerte
Silicon Valley no invierte por caridad, y la longevidad se ve como el mercado más grande jamás imaginado, algo pensado pero jamás alcanzado. Ahora bien, si desarrollas un tratamiento que realmente extienda la vida humana, cada persona del planeta es tu cliente potencial. Hablamos de billones de dólares, no millones.
Jeff Bezos ha invertido en Altos Labs, otra compañía de reprogramación celular que busca revertir el reloj biológico. Google tiene Calico, su división enfocada solo en entender el envejecimiento. Peter Thiel ha financiado varios startups que exploran desde transfusiones de sangre joven hasta criopreservación avanzada.
Entre la esperanza, la imaginación y el riesgo ético
Pero, paremos esta celebración, pues no toda la comunidad está contenta con esta carrera hacia la inmortalidad. Bioéticos señalan las consecuencias en la sociedad, donde solo los ultra ricos pueden pagar este tipo de tratamiento. Si la desigualdad ahora es muy notoria, en unos años más, aquellos que no cuenten con los recursos para estos tratamientos serán los únicos que envejecen.
Algo no menos importante es el tema ecológico. El planeta ya está sobrepasado, los recursos son limitados y ¿Será posible sostener las poblaciones si viven el doble? No solo bastará contar con una energía solar que no duerme, las consecuencias serían devastadoras, no solo para el medio ambiente, sino para los mercados y las familias ¿Qué significa jubilarse si vas a vivir ciento cincuenta años?
Eso sí, los defensores creen fielmente que unos años existirá una democratización de este tratamiento, algún tipo de financiamiento, como lo es con los antibióticos y las vacunas. Además, extender la salud humana implicaría, según ellos, un menor gasto médico, se rejuvenecerían las células ¿No?. Además señalan que una persona saludable hasta las noventa cuesta menos que alguien enfermo desde los sesenta.
Silicon Valley está más que seguro que vencer al envejecimiento es posible y, más aún, inevitable. La pregunta ya no será cuando va a pasar, sino quienes serán los primeros en beneficiarse. Mientras los laboratorios siguen funcionando a toda máquina, el resto de nosotros miramos expectantes, cómo cuando España logra lo que parecía imposible, con una mezcla de esperanza y escepticismo y además miedo de lo que podría pasar, del cambio que tendría la historia de la humanidad si se lograse la inmortalidad.
 
			
