Entre los coches eléctricos no están todos los que son ni son todos los que están, sobre todo considerando que hay unos que son extraños porque no funcionan completamente con electricidad, sino que operan consumiendo gasolina. En estos vehículos que no son electrificados ciento por ciento en un principio su combinación de propiedades no atrajo mucho la atención, pero en la actualidad frente a la caída de venta de los enchufables cobran vigencia las ventajas de la mixtura de la cero emisión y la potencia generada por la combustión. En esencia, se ubican en un estratégico punto intermedio en los mercados europeos.
Estos coches puede que sean extraños pero actualmente representan una alternativa válida
Frente al problema del calentamiento global entre las principales alternativas de solución surgidas estuvieron los coches etiqueta CERO. Impulsados con batería o pila de combustible de hidrógeno fueron comercializados en el mercado teniendo como principal ventaja ser vehículos no contaminantes.
Sin embargo, la principal desventaja de los coches 100% eléctricos frente a los de combustión es su precio, pese a que su compra generalmente es apoyada con ayudas públicas y avances tecnológicos. De allí que se planteó una alternativa intermedia, los de etiqueta ECO, híbridos enchufables con autonomía eléctrica o «EREV»
Un coche Extended-Range Electric Vehicle o EREV es lo que se traduciría en español a «Eléctrico de autonomía extendida». Esto implica que su funcionamiento depende de una batería de litio conectada a un impulsor eléctrico de tracción. Está provisto de un motor de combustión que genera energía cuando la batería está descargada o con baja carga.
Estos fabricantes ahora pueden vengarse de la escasa atención que se les dio al principio
Uno de los modelos más conocidos entre los EREV son el Opel Ampera y su similar el Chevrolet Volt Opel Ampera. El primero estuvo dirigido a Europa y el segundo a Estados Unidos y Canadá. En ambos casos el lanzamiento que se produjo en 2010 tuvo un escaso éxito comercial.
Pero en la actualidad, frente a la caída de las ventas de los electrificados debido al precio elevado de algunos modelos, pese a los apoyos en el financiamiento, estos coches EREV de menor precio pueden convertirse en una buena alternativa para alcanzar a reducir la huella de carbono.
Una verdad paradójica: Entre más te detienes de súbito en plena carrera más lejos llegarás
Una gran diferencia entre un vehículo eléctrico 100% y un EREV radica en la autonomía, que suele ser prácticamente el doble en estos últimos. De hecho, estos híbridos exceden con facilidad los 1000 kilómetros, una distancia adecuada para superar el obstáculo de la insuficiente red de puntos de carga.
Más interesante aún es el hecho de que en los novedosos EREV el tamaño de las bacterias se redujo, haciendo más ligero y versátil a este coche. Además,. al motor de gasolina que funciona como generador se le exige menos debido a su operación en un rango óptimo de revoluciones, reduciendo así su consumo.
Otro detalle revelador es que este tipo de coche no es enchufable, o sea, con la frenada regenerativa se recarga la batería. De modo que no necesita punto de recarga ni requiere la programación de la ruta de acuerdo a las estaciones de servicio con disponibilidad de cargador eléctrico.
En conclusión, en la actualidad los enchufables sufren un bajón en las ventas que se atribuyen principalmente a su precio más elevado y la autosuficiencia de una red de puntos de carga. Frente a esta situación y la presión de la agenda ambientalista los fabricantes están enfocándose nuevamente en los coches EREV. Estos híbridos eléctricos que queman gasolina al final dejarán de parecer extraños, porque los usuarios llegarán a conocerlos bien, sabiendo que ofrecen una satisfactoria combinación de una emisión más baja que los de combustión, además de un precio moderado y una autonomía más extendida que los eléctricos e híbridos enchufables.