Nuestro país está atravesando estos días un potaje meteorológico, como la propia AEMET ha afirmado en tono distendido. Sin embargo, no se avecinan buenos tiempos si miramos al océano Atlántico, que tiene a España en alerta máxima por lo que sucederá dentro de poco. Si estos días hablábamos de la que se nos viene encima desde el próximo junio, ahora parece que sucederá algo peor para 2025.
La corriente del Atlántico preocupa: es esencial para la vida en la Tierra
La corriente del Atlántico Norte, también conocida como AMOC (Atlantic Meridional Overturning Circulation) es una corriente oceánica que transporta aguas cálidas desde el ecuador hacia el norte del Atlántico. Esta corriente es impulsada por diferencias de temperatura y salinidad, y forma parte de la circulación termohalina global.
La AMOC juega un papel clave en el clima de Europa Occidental al transportar calor desde las regiones tropicales. También contribuye a la formación de la Corriente del Golfo, que calienta el noroeste de Europa. Una desaceleración o detención tendría graves consecuencias climáticas para países como España.
Durante los últimos años, se ha hablado bastante sobre cómo podría seguir calentándose y dar lugar, con ello, a huracanes cada vez más poderosos —por no hablar de los hipercanes, que solo han sido teorizados—. Sin embargo, el mayor problema es que la corriente se detenga de manera repentina.
Pésimas noticias: la corriente atlántica está haciendo esto, y no sabemos pro qué
La corriente del Golfo, también conocida como la circulación meridional de retorno del Atlántico (AMOC), es una corriente oceánica cálida que transporta agua desde el Golfo de México hacia el norte del océano Atlántico. Esta corriente es esencial para regular el clima en países como España.
En este sentido, actúa también manteniendo temperaturas más cálidas en invierno. Sin embargo, en las últimas décadas los científicos han observado una desaceleración preocupante de esta corriente. Se estima que para 2025 la AMOC podría detenerse casi por completo.
Esta desaceleración se debe principalmente al calentamiento global y al deshielo del Ártico. A medida que se derriten los glaciares y el hielo marino en el Ártico, se libera agua dulce al océano. Esta agua dulce es menos densa que el agua salada, por lo que permanece en la superficie en lugar de hundirse.
Además, el calentamiento de los océanos está reduciendo la diferencia de temperatura entre el ecuador y los polos, otro factor clave para mantener el movimiento de la corriente. Si no se toman medidas drásticas para frenar el cambio climático, es probable que la desaceleración de la AMOC continúe.
España, en alerta para el año 2025: lo que podría suceder
Se espera que la desaceleración de la corriente del Atlántico Norte provoque cambios significativos en el clima y las temperaturas de España para 2025. Los modelos climáticos predicen un aumento de las olas de calor, especialmente en el sur de España, con aumentos de entre 1 y 3 ºC en las máximas.
Esto provocaría veranos más calurosos y secos, con temperaturas récord que pondrían en riesgo la salud de la población. Las olas de calor serán más frecuentes e intensas. Por ejemplo, en ciudades como Sevilla se podrían alcanzar temperaturas superiores a los 45°C en verano.
Además, los inviernos serán más suaves en el sur, mientras que el norte sufrirá inviernos más fríos y húmedos. Es probable que aumenten las precipitaciones en el norte y disminuyan en el sur. En resumen, el clima será más extremo, con veranos tórridos e inviernos más rigurosos.
Como has visto, la alerta de España por lo que está sucediendo en el Atlántico está más que justificada. Que la corriente de chorro se detenga de manera súbita es producto del calentamiento global (en realidad, es normal que suceda, pero no a estas alturas). En cualquier caso, todavía tenemos otros motivos para preocuparnos, como este proyecto con el que la Unión Europea ha puesto en peligro al 75 % de sus tierras.