La energía está ligada a la velocidad, y esta depende de la temperatura. Hasta ahí, recordarás que es uno de los principios de la física y, más concretamente, de la termodinámica. Entonces, ¿y si buscamos las fuentes más extremadamente calientes del planeta? Lo hicimos con este mecanismo que imita al Sol por primera vez, y ahora lo comprobamos de nuevo con el descomunal pozo de magma que han abierto.
La energía que llevamos buscando décadas, por fin encontrada (o eso parece)
La humanidad siempre ha buscado nuevas formas de obtener energía. Desde la revolución industrial, hemos dependido en gran medida de los combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural para satisfacer nuestras crecientes necesidades energéticas.
Sin embargo, estos recursos son limitados y su uso intensivo está provocando el cambio climático. Ante este panorama, los científicos llevan décadas explorando fuentes de energía alternativas y renovables como la eólica, la solar o la geotérmica.
Hace poco ha surgido una idea revolucionaria: ¿y si pudiéramos extraer energía directamente del magma que se encuentra en las profundidades de la Tierra? Este líquido incandescente que fluye bajo la corteza terrestre contiene un calor inmenso que podría utilizarse para generar electricidad de forma sostenible.
El proyecto Quaise, directo al núcleo de la Tierra para conseguir esto
Quaise es un ambicioso proyecto para aprovechar la energía geotérmica del interior de la Tierra. La idea es perforar la corteza terrestre hasta alcanzar el manto, donde existe magma a temperaturas extremadamente altas. Al inyectar agua en el pozo geotérmico, esta se calentaría con el magma y ascendería convertida en vapor.
Acto seguido, continuaría moviendo turbinas en la superficie para generar electricidad de forma continua. El objetivo de Quaise es demostrar que es posible obtener energía geotérmica prácticamente ilimitada y barata a partir del calor del manto terrestre.
De tener éxito, esta tecnología podría revolucionar la forma en que se obtiene la electricidad, proporcionando una fuente de energía renovable, sostenible y constante para cubrir la creciente demanda mundial. La clave está en obtener una fuente inagotable y que no genere más que vapor de agua, que no contamina.
Para garantizar la seguridad, el pozo funcionará bombeando agua fría hacia las profundidades de la Tierra, donde entrará en contacto con el magma caliente y se convertirá en vapor. Este vapor a alta presión se canalizará de vuelta hacia la superficie a través de un segundo conducto paralelo al pozo.
Un hito histórico que nos permitiría generar energía con plasma
La idea es romper los moldes tradicionales de la geotermia y no quedarse solo con el calor del interior de la Tierra, sino con su fuente. Dicho de otro modo, conseguir algo tan complicado como generar energía con magma, lo que daría lugar a un modo inédito que superaría incluso a la solar fotovoltaica.
Hasta ahora, los pozos no tienen más que unos cientos de metros de profundidad —salvo excepciones—. Sin embargo, la intención de Quaise es alcanzar los 4 kilómetros para, en proyectos sucesivos, llegar hasta los 20 kilómetros. Esta sería una propuesta que revolucionaría la manera de aprovechar la geotermia.
¿Dónde se podría poner en marcha? Kilauea, por ejemplo, es uno de los volcanes más activos del mundo y tiene un lago de lava constantemente burbujeante en su cráter. Esta característica lo convierte en el lugar ideal para perforar en busca de magma, aunque también sucede lo mismo en Islandia, como bien sabes.
Lo has visto, y es que la energía con magma podría representar una excelente oportunidad para renovar el sistema eléctrico de todo el planeta. Claro está, junto con la solar fotovoltaica y la eólica, siempre y cuando no las pongan en entredicho. ¿Por qué decimos esto? Hace unas semanas nos llevamos una sorpresa al conocer la fuente renovable que los ecologistas quieren frenar.