La Unión Europea ha puesto el foco en un tipo de energía que no solo está lejos de ser renovable, también es peligrosa y perjudicial para nuestro planeta. Sin embargo, y tras haberla intentado meter con calzador —igual que esta misteriosa fuente de enfriamiento radioactivo—, España se ha vuelto a plantar. ¿La sorpresa? Que, en este caso, nos han dado la razón: así ha llevado a la quiebra a dos países.
España se planta ante toda la Unión Europea: somos el único país que rechaza esta energía
En las últimas décadas, Europa ha tenido un debate intenso sobre el futuro de la energía nuclear. Algunos países como España rechazaron esta tecnología después del accidente de Chernóbil, mientras que otros como Francia y Reino Unido continuaron apostando fuertemente por la nuclear, al contrario de lo que ha hecho España.
Recientemente, la crisis energética y la guerra en Ucrania han puesto de nuevo el foco en la energía nuclear. Países como Alemania que pretendían eliminar la nuclear están replanteándose esta decisión. Sin embargo, no todo son buenas noticias para los defensores de la energía atómica (de hecho, cada vez quedan menos).
Tanto en Reino Unido como en Francia, dos grandes valedores de la nuclear, están surgiendo graves problemas económicos derivados de esta apuesta energética. Vamos, que la Unión Eurpopea nos está dando la razón de manera implícita (en el caso de Londres, la incluimos porque su agencia de energía tiene convenios).
Reino Unido, en quiebra por la energía nuclear: ni es segura, ni rentable
El Reino Unido ha apostado fuertemente por la energía nuclear en las últimas décadas. Los gobiernos británicos, tanto laboristas como conservadores, han invertido grandes sumas de dinero público para construir nuevas centrales nucleares (no sin una polémica extrema, como te podrás imaginar).
A finales de la década de 2000, el gobierno laborista de Gordon Brown aprobó la construcción de varios reactores nucleares nuevos. Esta política fue continuada por el gobierno conservador de David Cameron, que en 2013 firmó un acuerdo con la empresa francesa EDF para construir la central nuclear de Hinkley Point C.
El proyecto de Hinkley Point C ha sido muy controvertido. Su coste se ha disparado hasta los 22 500 millones de libras, muy por encima del presupuesto inicial. Además, el gobierno británico garantizó a EDF un precio mínimo para la electricidad generada muy superior al precio de mercado.
Francia, también en quiebra técnica: dependen de la energía nuclear más que nunca
Francia ha apostado fuertemente por la energía nuclear en las últimas décadas. Actualmente, alrededor del 70% de la electricidad de Francia proviene de sus 58 reactores nucleares, convirtiéndose en el país más dependiente de esta fuente de energía en el mundo.
La industria nuclear francesa, gestionada principalmente por la empresa estatal Électricité de France (EDF), ha sido un pilar fundamental de la política energética del país. Sin embargo, el envejecimiento de sus reactores, junto con los crecientes costos de mantenimiento están poniendo en jaque este modelo.
De hecho, más de la mitad de los reactores tienen más de 30 años de antigüedad, por lo que requieren inversiones constantes para extender su vida útil y cumplir con estándares de seguridad cada vez más estrictos. Además, la construcción del reactor EPR de nueva generación en Flamanville lleva más de 10 años de retraso.
¿Qué te parece el vuelco que ha dado esta historia? La energía nuclear está lejos —muy lejos— de ser la solución que necesitamos para nuestro planeta, y supone incluso un paso atrás en la descarbonización necesaria. La situación es todavía más injustificable cuando recordamos que tenemos alternativas mucho más viables, como esta fuerza natural desconocida que podría producir electricidad infinita.