El mar es el ecosistema más grande del planeta, y como tal debemos cuidarlo… o ese es el consenso global en teoría. ¿Por qué decimos esto? La semana pasada descubrimos la nueva fuente de energía submarina que tiene vida, y ahora nos quedamos decepcionados: este es el proyecto más contaminante de la historia, que pretende «quemar» los océanos con un horrible gas que nos amenaza.
Reino Unido, dispuesto a quemar sus mares: el extraño proyecto que no acaba de convencer
La planta de energía de Great Yarmouth está ubicada en la costa este de Inglaterra, en el condado de Norfolk. Específicamente se encuentra en la ciudad portuaria de Great Yarmouth, a orillas del Mar del Norte. Esta zona ha sido objeto de proyectos de conservación para la naturaleza y la biodiversidad.
Great Yarmouth es una ciudad con una larga historia marítima. Su puerto data del siglo XII y ha sido un importante centro de comercio y pesca durante siglos. En la actualidad, la ciudad aún mantiene su carácter portuario y una fuerte vinculación con el mar.
Por su cercanía con el mar, Great Yarmouth ofrece condiciones favorables para la implementación de este innovador proyecto de captura de carbono. La planta aprovechará el potencial de los mares para reducir las emisiones y generar energía limpia, utilizando precisamente uno de los gases más nocivos.
El proyecto Great Yarmouth Carbon Capture, al detalle: así van a usar el CO2
La tecnología de captura de carbono es clave en este proyecto. Consiste en extraer el dióxido de carbono (CO2) de los gases residuales que se generan en la combustión del gas natural en la planta de energía. ¿Entiendes el pequeño detalle por el que no acaba de convencer?
El CO2 se separa mediante un proceso químico denominado «lavado con aminas». Este proceso implica hacer pasar los gases de combustión a través de una solución alcalina que lo absorbe. Las aminas son compuestos químicos que tienen una gran afinidad por el dióxido de carbonoy pueden separarlo del resto de gases.
Una vez que ha sido absorbido por la solución de aminas, se calienta esta solución para liberarlo y recuperar la amina, que se reutiliza en el proceso. El CO2 liberado se comprime hasta convertirlo en líquido y se almacena para su posterior transporte y almacenamiento geológico.
Esta tecnología de captura de carbono permitirá extraer alrededor de 800 000 toneladas de CO2 al año que de otra forma se liberarían a la atmósfera, contribuyendo así a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Te imaginas un coloso de este tipo en nuestro país?
Los objetivos de este proyecto: el motivo por el que no tiene marcha atrás
El principal objetivo de la planta de captura de carbono Great Yarmouth es reducir significativamente las emisiones de CO2 generadas por la central eléctrica existente y así contribuir a la descarbonización del sector energético en Reino Unido.
La tecnología de captura de carbono permitirá absorber hasta 800 000 toneladas de CO2 anuales que de otro modo se liberarían a la atmósfera, reduciendo así la huella de carbono de la planta en un 95 %. Esto representa una contribución clave a los esfuerzos por lograr las metas climáticas y de emisiones del país.
Además de la captura de CO2, el proyecto busca generar energía baja en carbono de manera eficiente. La planta continuará generando electricidad confiable, pero con una fracción de las emisiones previas. De esta manera, Great Yarmouth seguirá siendo una fuente importante de energía para la región.
Vistos los detalles del proyecto, entendemos por qué está causando tanta polémica. Los ecologistas están en pie de guerra, centrados en la protección del mar y en el concepto de que «no todo vale». Sin embargo, no es lo único que les quita el sueño, hay algo todavía peor. Están en contra del combustible más renovable de la historia, y alertan de una catástrofe inminente si seguimos haciendo lo mismo.