En una búsqueda incesante por enriquecer la experiencia de vida de los residentes de una gran ciudad, un proyecto de gran envergadura se embarcó en el proyecto de transformar la infraestructura urbana con un nuevo medio de transporte. Sin embargo, lo que prometía ser un salto hacia adelante se ha convertido en una travesía plagada de desafíos y obstáculos.
Esta es la ciudad que presenta grandes desafíos en la actualidad
El proyecto de la MetroGuagua, un sistema de ‘Bus Rapid Transit (BRT)’ diseñado para transformar el transporte público en Las Palmas de Gran Canaria, se enfrenta a una serie de desafíos significativos. A pesar de las enormes ventajas que se esperan de este sistema de transporte innovador, la obra se ha visto obstaculizada por una serie de retrasos importantes. Uno de los principales obstáculos radica en la dificultad para abrir en canal la ciudad más grande de Canarias.
Además, implica una compleja coordinación de múltiples equipos de trabajo y la necesidad de minimizar las interrupciones en la vida cotidiana de los residentes y el tráfico en una urbe tan densamente poblada agrega otra capa de dificultad al proyecto. Estos retrasos prolongados no solo generan frustración entre los ciudadanos, sino que también plantean interrogantes sobre la viabilidad y el éxito futuro de esta ambiciosa iniciativa de movilidad urbana.
Durante una rueda de prensa, el responsable de Movilidad del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria expresó con sarcasmo durante la sesión de la comisión de urbanismo: «Sólo nos ha faltado encontrarnos con la carabela de Colón«, al ser cuestionado sobre los numerosos retrasos que han afectado la construcción del proyecto de movilidad más ambicioso de Canarias.
Una larga lista de beneficios que podría presentar el proyecto terminado
El proyecto en cuestión se centra en la implementación de un sistema innovador conocido como Bus Rapid Transit (BRT), el cual se caracteriza por su operación mediante autobuses sin necesidad de catenarias o raíles. Este sistema, repleto de cualidades tales como accesibilidad, calidad y adaptabilidad, se presenta como una solución integral para mejorar la movilidad urbana.
Además, no se puede pasar por alto los valiosos beneficios medioambientales que promete ofrecer, lo que lo convierte en una opción atractiva para abordar los desafíos de la sostenibilidad en el transporte público. Sin embargo, a pesar de estas virtudes, su implementación se ha visto obstaculizada por una serie de retrasos y conflictos que han cuestionado su viabilidad y generado preocupación.
El plazo originalmente establecido para la finalización en 2024 parece cada vez más inalcanzable, lo que plantea serias dudas sobre la posibilidad de cumplir con las expectativas establecidas. Con un presupuesto inicial de 150 millones de euros, el costo total del proyecto continúa aumentando a medida que surgen nuevos desafíos y complicaciones en su ejecución.
Estos son los motivos principales de los retrasos en la infraestructura
La falta de cartografías útiles representa uno de los principales desafíos en este proyecto. La empresa encargada del suministro de servicios carece de información cartográfica en numerosas líneas, lo que ha requerido abrir literalmente el suelo para determinar qué se encuentra debajo. Esta acción reveló que incluso el tipo de suelo no favorecería el avance de las labores, agregando una capa adicional de dificultad al proyecto.
El contrato fue otorgado en diciembre de 2021 a la UTE Acciona Lopesan. Sin embargo, en el tramo que atraviesa el Parque Santa Catalina, donde se situará la parada preferencial, el plazo de realización tampoco se ha cumplido según lo previsto inicialmente. En la actualidad, los empleados se encuentran en una situación de espera, a la espera de la redacción definitiva de un modificado de proyecto que se estima llevará al menos hasta diciembre de este año.