La movilidad del futuro está cada vez más en el presente —lo que no parecería extraño si habláramos de esta fábrica de coches que está en los bosques—. Sin embargo, una ciudad española acaba de llegar demasiado lejos y ha decidido paralizar la movilidad renovable. ¿Qué está sucediendo a nuestro alrededor? Te explicamos lo que acaba de pasar con el combustible que era tan eficiente, que se ha agotado.
La región con el transporte más renovable (y más paralizado)
En los últimos años, las Islas Baleares han apostado fuertemente por la renovación de su flota de transporte público con autobuses propulsados por hidrógeno, en línea con los objetivos medioambientales y de descarbonización de la región.
Sin embargo, este ambicioso plan se ha topado recientemente con graves problemas de suministro de hidrógeno que están poniendo en jaque al transporte público en la región. El Gobierno balear invirtió una importante suma de dinero público en la compra de autobuses impulsados por pila de combustible.
Se esperaba que estos vehículos no contaminantes reemplazaran gran parte de la antigua flota diésel. Pero la falta de infraestructura para el suministro del hidrógeno necesario para dar servicio a estos autobuses ha provocado que la mayoría permanezcan parados en los garajes, sin poder prestar el servicio.
El origen del problema: autobuses de hidrógeno que no funcionan
La Autoridad de Transporte Metropolitano de Mallorca (ATM) adquirió recientemente 5 autobuses impulsados por hidrógeno, con el objetivo de renovar la flota de transporte público y avanzar hacia un modelo más sostenible. Cada unidad tuvo un coste aproximado de 1 millón de euros, así que imagínate la inversión.
Esta compra formaba parte de un ambicioso plan que contemplaba la adquisición de hasta 20 autobuses de hidrógeno, con una inversión total de 13 millones de euros. Sin embargo, antes de concretar la compra de más unidades, surgieron problemas con el suministro de hidrógeno que han obligado a repensar el plan.
Los 5 autobuses adquiridos han quedado prácticamente paralizados, sin poder prestar servicio, debido a la falta de hidrógeno para abastecerlos. Esto ha generado fuertes críticas sobre la mala planificación y ejecución del proyecto por parte del anterior gobierno regional.
Un suministro irregular que no llega: el ayuntamiento llama a la calma
La región española compró 5 autobuses de hidrógeno por un millón de euros cada uno, pero no evaluó adecuadamente la disponibilidad de este combustible. Ahora, se enfrentan a graves problemas para poder poner en marcha estos vehículos de manera continua. ¿Entiendes por qué decimos que se trata de un problema?
Los autobuses fueron adquiridos sin tener garantizado el suministro de hidrógeno en la región. Actualmente, no hay suficiente producción local para abastecer la demanda de estos vehículos. La empresa encargada de suministrar el hidrógeno ha tenido que detener el servicio ante la imposibilidad de conseguir el combustible.
Esto significa que los autobuses de hidrógeno no pueden circular de forma regular. La flota se encuentra prácticamente paralizada, ya que no tienen hidrógeno para su funcionamiento. De cualquier modo, tenemos constancia de que el ayuntamiento está haciendo esfuerzos para recuperar este transporte renovable.
Con esto, nos referimos a que el propio ayuntamiento ha confirmado que dentro de poco llegará el ansiado suministro. El objetivo es tenerlo, como muy tarde, para el verano, y continuar así con un servicio ejemplar para el resto de España. Sin embargo, todavía queda tiempo para ver si se materializa.
Como ves, la movilidad renovable está cada vez más implementada en nuestro país, aunque haya ciudades con errores a sus espaldas. Después de todo, son los riesgos que la innovación siempre conlleva, y que demuestran lo comprometidas que están algunas instituciones con los proyectos medioambientales. ¿Otro ejemplo? El transporte futurista de esta ciudad española que ha acabado destrozándola.