El mercado francés, que dejó atrás la recesión en el segundo trimestre, carbura ahora mejor que el español. Dos sectores se benefician especialmente: la construcción y la energía renovable. Y la cercanía con España favorece la implantación de pequeñas y medianas empresas que no tienen la infraestructura para recorrer largas distancias.
«Vamos a Francia porque hay que buscarse la vida fuera. España está tocada», explica Alberto Medrano, gerente de Albasolar, una pyme distribuidora de paneles fotovoltaicos. En España lleva años trabajando, pero no ha querido perderse el mercado de arriba. Acaba de aterrizar en París, donde ha abierto una oficina.
Las energías renovables han sido tradicionalmente obviadas por la Administración francesa. La energía nuclear capitaliza la oferta eléctrica del país con un 80% del total. Pero su presidente, Nicolas Sarkozy, quiso romper el año pasado una lanza en favor de las renovables y fijó una tarifa de compra a 60 céntimos por kilovatio para paneles en edificios. Algo parecido a lo sucedido en España, aunque el sobrecoste francés corre a cargo del consumidor y no está subsidiado. El objetivo es doblar en 2009 la extensión de esta energía, hasta los 200 megavatios.
«Francia es uno de los mercados prioritarios para invertir, junto a Portugal o Reino Unido», explica Tomás Díaz, de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF). Reconoce que es difícil para los grandes fabricantes. «El mercado francés es de las pequeñas instalaciones. Las condiciones de la tarifa provocan muchos menudeos, porque son implantaciones de poco peso», señala. «Las pymes tenemos una ventaja sobre las grandes como Iberdrola o Acciona. Somos más flexibles y contactamos con el pequeño instalador con más facilidad», añade Medrano.
Pero la construcción sigue encabezando la propuesta española en Francia. La reciente entrada de empresas como Abertis, Metrovacesa o Sacyr ha hecho de la construcción uno de los más poderosos sectores exportadores de proyectos. El sector industrial implica el 56,7% de la presencia española.
Las inversiones españolas en renovable en Francia crecen exponencialmente
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