La construcción continúa buscando materiales que sean sostenibles y no produzcan emisiones contaminantes —incluso si ello implica desafiar las leyes de la naturaleza, como este que hace doblarse a los edificios—. Sin embargo, la última de todas ha sido una propuesta que va a reemplazar al cemento y que podríamos vender. ¿El problema? Lo generó la mayor catástrofe de nuestra historia.
Un material que produjo nuestra peor catástrofe natural de la historia
Las cenizas volcánicas son un material compuesto de fragmentos de roca, minerales y vidrio volcánico que son expulsados durante una erupción volcánica. Debido a sus propiedades físicas y químicas, las cenizas volcánicas tienen un gran potencial para ser utilizadas como materia prima en la industria de la construcción.
Algunos de los principales usos que se están investigando actualmente para este material son como cemento suplementario, árido en hormigones, bloques de construcción, material de relleno, entre otros. En comparación con los materiales tradicionales como el cemento Portland o los áridos naturales, queda muy por encima.
Como te imaginarás, nos referimos a ventajas que se traducen en reducciones importantes en costes, energía incorporada y emisiones de CO2. Pero ¿dónde lo podemos encontrar? Quizá te lo hayas imaginado: en las faldas de Tajogaite, el volcán que estalló en La Palma en la segunda mitad del año 2021.
Las erupciones arrojan este material de construcción: las inéditas propiedades
La composición química de las cenizas volcánicas varía según el tipo de erupción y puede contener aluminosilicatos y compuestos de hierro, calcio y potasio. Típicamente este material presenta propiedades puzolánicas, lo que significa que reacciona con el hidróxido de calcio para formar compuestos estables.
En cuanto a la resistencia mecánica, diversos estudios han mostrado que el uso de cenizas como reemplazo parcial del cemento en hormigones y morteros puede mejorar las propiedades resistentes, sobre todo si se emplean partículas de tamaño menor a 45 micras.
Esto indica que con una molienda adecuada es posible utilizar las cenizas volcánicas para fabricar materiales más resistentes que el cemento Portland. De hecho, es precisamente el que va a quedar reemplazado y al que se considera responsable del efecto isla de calor que se produce en las ciuddes.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, la utilización de estos residuos en la industria de la construcción permite reducir las emisiones de CO2 asociadas a la producción convencional del cemento. Además, representa una alternativa viable para depositar y darle valor a este tipo de desechos.
Así plantean usar las cenizas para la construcción en este lugar de España
La erupción del volcán de La Palma, que comenzó el 19 de septiembre de 2021, ha generado una gran cantidad de cenizas volcánicas. Se estima que la erupción produjo alrededor de 230 000 toneladas de ceniza en los primeros días (imagínate durante todo el proceso, que fue el más largo de la historia del archipiélago).
Las cenizas en construcción son muy apreciadas por sus propiedades como material de construcción. Las cenizas del volcán de La Palma tienen unas características únicas debido a su alto contenido de sílice, alúmina y hierro. De hecho, forman un conglomerado similar al cemento, aunque de manera natural.
Estas propiedades hacen que la ceniza pueda usarse como sustituto parcial del cemento en la fabricación de hormigones. Varias empresas del sector de la construcción y materiales de construcción han mostrado gran interés por la ceniza del volcán de la Palma.
Se prevé su uso tanto en Canarias como en la península, aprovechando su cercanía por barco. Investigaciones previas ya habían demostrado las propiedasdes de las cenizas volcánicas, pero la erupción del volcán de La Palma ha puesto esta fuente de material de construcción sostenible en el punto de mira.
Como ves, la construcción con materiales naturales —y es que este, en efecto, lo es— está a la orden del día. Una propuesta como esta demuestra que incluso de una catástrofe natural podemos sacar provecho para continuar con nuestra transición ecológica. ¿No es este un ejemplo de cambio y resiliencia? Lo es, pero también esta actividad que va a hacer desaparecer a la agricultura como la conocemos.