Desde hace ya algún tiempo se viene hablando del megaproyecto Neom, que plantea la construcción de una serie de ciudades futuristas así como estructuras que parecen sacadas de la literatura fantástica, como la Torre Discovery, un rascacielos de cristal erigido en la cima de una montaña. Sin embargo, una serie de polémicas ponen en duda la viabilidad de esta utopía árabe.
The Line ¿ciudad futurística o infierno desértico?
La Península Arábiga lleva tiempo dando de qué hablar por sus mega proyectos arquitectónicos que son símbolo del poderío económico de la región. El monopolio de los combustibles fósiles ha dado a estos países un amplio margen monetario para sorprender al mundo con algunas de las estructuras más impresionantes del mundo ¿podría ser que esta ambición haya finalmente llegado demasiado lejos?
Todas las naciones y, sobre todo, todos los líderes políticos, buscan de diferentes maneras dejar su huella en la historia por medio de monumentos. Cuando tomamos en cuenta la historia de Oriente Medio, no es de extrañar que este tipo de demostraciones lleguen a extremos que difícilmente se podrían ver en otras partes del mundo.
Ahora, con el proyecto de una ciudad futurista erigida en medio del desierto, la monumentalidad podría haber llegado demasiado lejos. El nombre que sea ha dado a este proyecto es The Line, y es fácil entender la razón: se trata de una urbe erigida en medio del desierto saudí que tendría una longitud de 170 kilómetros con una altura de 500 metros, pero con un ancho de apenas 200 metros.
Las maquetas y renders prometen que The Line será una ciudad sacada de la ciencia ficción, sin vehículos, conectada por una línea subterránea que permitiría llegar desde un extremo a otro en apenas 20 minutos, amigable con el medio ambiente y sin impacto negativo humano. Cualquier servicio estaría a cinco minutos de distancia y podría albergar a 9 millones de personas, pero ¿coinciden las expectativas con la realidad?
Arquitectos califican a The Line como «un infierno»
Frente a una propuesta tan faraónica que, al mismo tiempo, promete preservar el medio ambiente, arquitectos expertos de diferentes países realizaron un estudio para determinar si realmente el proyecto del príncipe Mohammad Bin Salman podría cumplir todo lo que promete. El resultado del estudio no fue nada alentador para las perspectivas de viabilidad de The Line.
El primer aspecto que se pone en tela de juicio es la expectativa en cuanto a la capacidad de población de la ciudad. De acuerdo a sus dimensiones y la cantidad de personas que se piensa alojar, se calculó que tendría 10 veces la densidad demográfica de la isla Manhattan, lo cual significaría un terrible hacinamiento para los habitantes.
Por otro lado, al estudiar el impacto ambiental de esta construcción, teniendo en cuenta la tecnología actual, se puso en evidencia que la cantidad de materiales necesarios y el transporte de los mismos generarían una gigantesca cantidad de emisiones de CO2. También serían necesarios grandes movimientos de tierra para nivelar el terreno y construir la enorme infraestructura de transporte.
Sumado a esto, han surgido denuncias acerca del desplazamiento forzoso de tribus nómadas que han habitado el territorio desde épocas ancestrales, lo que implica un fuerte impacto humano. Tampoco parece viable la proyección de un transporte de alta velocidad, ya que, debido a su diseño lineal, no se podrían coordinar tiempos cortos entre cada estación, previendo un retrato de 60 minutos para llegar a cualquier destino.
El equipo de arquitectos determinó que, para hacer de alguna manera posible el mega proyecto, debería, para empezar, diagramarse de manera circular, con el fin de compensar todas las contrariedades mencionadas en cuanto a la movilidad y habitabilidad.
Conclusión
The Line no es el primer mega proyecto para una ciudad futurista sustentable, y tampoco sería el primero en quedar en los papeles debido a una mala previsión de los costos ambientales y humanos que suponen. El tiempo dirá si esta utopía es posible o no.