La amenaza de una gran mina a cielo abierto en Segovia. La empresa Explotación de Rocas Industriales y Minerales, S.A (ERIMSA), domiciliada en La Coruña, ha solicitado a la Junta de Castilla y León autorización para abrir una gran mina a cielo abierto.
La misma estaría en la provincia de Segovia, en una amplia zona comprendida entre Duruelo y Cerezo de Abajo. Se trata de una filial de la compañía noruega Elkem. Cuyo accionista mayoritario es el grupo chino National Bluestar.
El fin de esta mina sería la extracción de gravas de cuarzo. Para la obtención de cuarzo metalúrgico cuyo destino final, de acuerdo con el proyecto, sería “su exportación hacia Noruega y otros países”.
La concesión solicitada ocuparía 97 cuadrículas mineras. Y una superficie de 2.785 ha, de la cual el recurso explotable ocupa una superficie total de 1.658 ha. La razón de la enorme superficie afectada es que el material con interés minero ocupa una capa muy superficial del terreno cuyo espesor medio es de 1,62 metros.
Enorme superficie afectada
Aparte de la enorme superficie afectada, otro elemento a destacar es la larga duración de la concesión (30 años prorrogables). Lo que conllevaría un impacto no solo amplio sino también duradero en el tiempo.
Aunque el proyecto contempla que, una vez cribados para extraer el cuarzo, la mayoría de los materiales extraídos sean devueltos al terreno, lo cierto es que el sistema de explotación a cielo abierto conllevaría un profundo impacto en las zonas explotadas (que superarían las 1.300 hectáreas) y el medio ambiente. Incluyendo cambios drásticos en la estructura del suelo y en su porosidad, ya que se extraen todas las partículas de más de 80 milímetros de diámetro.
La magnitud de la destrucción ambiental y paisajística que provocaría el proyecto contrasta con la escasa creación de empleo que conllevaría, ya que, según la documentación presentada por la empresa solicitante de la concesión de explotación, en el periodo de explotación minera solo sería necesario contar con un operador de retroexcavadora, un operador de la pala cargadora, un operario encargado de la planta móvil de cribado y un titulado de minas, más los conductores de los camiones que transporten el material extraído.
Perjuicios económicos para los pueblos de la zona
En este sentido, parece evidente que los perjuicios económicos para los pueblos de la zona (entre ellos, destrucción de tierras agrícolas y pérdida de atractivo para el turismo rural) superarían con creces los posibles beneficios.
Otro factor a tener en cuenta es la pérdida de calidad ambiental para los vecinos y vecinas de los municipios afectados. Que deberían sufrir durante décadas los ruidos, el polvo y los riesgos asociados al trasiego constante de camiones por los caminos y carreteras locales.
Tras valorar las circunstancias que concurren en este proyecto, Ecologistas en Acción de Segovia ha decidido presentar alegaciones ante la Junta de Castilla y León con el objetivo de que la solicitud de autorización minera sea rechazada. La amenaza de una gran mina a cielo abierto en Segovia.