Tras recorrer en bicicleta los diez kilómetros que separan el puente del Rey y el Parque Lineal junto al río Manzanares en algo más de una hora, el primer edil ha señalado que una de las prioridades de la nueva legislatura será la llamada ‘movilidad blanda’, es decir, el uso de medios como la bicicleta, no sólo por ocio o deporte, sino para los desplazamientos habituales.
Para ello es necesario crear nuevas infraestructuras que faciliten el uso de la bicicleta por la ciudad. Así, existen tres opciones: los carriles bici, que van segregados por la acera (como en O’Donnell o Serrano) o por la calzada y que están señalizados incluso con un color diferente; las ciclocalles, que tienen una sola dirección; o los ciclocarriles, donde existen varios carriles y direcciones.
En estas dos últimas opciones las bicis conviven con los coches, aunque con prioridad para las primeras, y la velocidad está limitada a 30 kilómetros por hora. La señalización es horizontal.
El proyecto estrella en este sentido será la M-10 de la bici, que sumará ocho kilómetros por sentido y en la que se construirán nuevos carriles bici ganando terreno al vehículo privado, en algunos casos, o a la franja de estacionamiento, en otros.
Así, aún no se ha decidido cuál será la solución que se adopte entre Atocha y Colón, un recorrido que será reformado cuando se acometan las obras de la zona BIC del eje Prado-Recoletos. Sin embargo, en los bulevares las bicis circularán por el carril más cercano a la acera, junto al carril bus-taxi-moto, que contará a partir de ahora con separador físico de los otros dos carriles que quedarán para el tráfico privado, que serán más anchos que los actuales.
En Marqués de Urquijo la disposición será similar, aunque quedará un solo carril para los vehículos privados, mientras que hasta la plaza de España se discurrirá por las zonas verdes que hay entorno al Templo de Debod. En la calle Ferraz se colocarán separadores del carril bus y, si es necesario, un ciclocarril.
En Bailén aún se está estudiando qué solución se adopta, aunque es probable que un carril por sentido quede reservado al autobús y que el otro lo compartan bicis y coches. Además, parte del carril bici en este tramo discurrirá por la plaza de Oriente, donde se señalizará mediante tachuelas las zonas por donde pueden circular las bicicletas.
La Gran Vía de San Francisco El Grande también tendrá el carril bus segregado, aunque la única opción para las bicicletas será el ciclocarril en sentido norte, si bien en sentido sur sí se creará un espacio segregado. Por último, en las rondas se hará como en los bulevares (aunque en la Ronda de Toledo se quitará parte de los espacios de estacionamiento que existen actualmente.
EJES PRINCIPALES Y SECUNDARIOS
Junto a este proyecto, las iniciativas de movilidad blanda incluyen la construcción de otros nueve ejes principales de carril bici: Toledo-Bailén-Moret-Moncloa, Bravo Murillo-Santa Engracia, Méndez Álvaro, Castellana-Colón-Plaza de Castilla, Sol-Alcalá-O’Donnell, Marqués de Viana-Sor Ángela de la Cruz-Alberto Alcocer, Menéndez Pelayo-Comercio, Atocha-Sol y Carrera de San Francisco-Cavas-Mayor.
Estos nuevos carriles bici también se amoldarán a las circunstancias de cada tramo de vía. Así, por ejemplo, en el paseo de la Castellana las bicis circularán por los laterales, ganando espacio al estacionamiento o al carril de circulación donde se pueda, o convirtiendo algún tramo en ciclocalle o ciclocarril.
En total, estos nueve carriles bici y la M-10 sumarán más de cien nuevos kilómetros reservados para este vehículo, a los que hay que sumar los otros 400 kilómetros que el candidato se ha comprometido a ejecutar durante la próxima legislatura en la red secundaria, compuesta por ciclocalles y ciclocarriles en todos los distritos de la capital, para conectar con el Anillo Verde Ciclista y facilitar el acceso a las áreas intermodales y los intercambiadores.
Toda la información de la red ciclista de la capital se encuentra ya en Internet para que los aficionados a la bicicleta puedan conocer los mejores itinerarios para desplazarse por Madrid.
Según han informado fuentes de la candidatura a Europa Press, estas propuestas se irán ejecutando durante todo el mandato aprovechando las obras de mejora del asfaltado, revisión del alumbrado y ampliación de aceras que se vayan programando.
Así, las mismas fuentes no han precisado el coste que podría alcanzar esta iniciativa, ya que en algunos casos consistirá únicamente en pintar la señalización horizontal o colorear el carril bici y, en otras, será sólo una parte de una intervención más amplia en el espacio público.
ALQUILER DE BICIS
Junto a la red ciclista, Gallardón ha vuelto a incluir en su programa electoral una iniciativa que fue postergada con la llegada de la crisis y sus efectos en la economía: el sistema de alquiler público de bicicletas ‘Mybici’. El alcalde presentó este proyecto en septiembre de 2009, comprometiéndose a que en la primavera de 2011 hubiera 1.600 vehículos disponibles en la almendra central.
Sin embargo, los recortes presupuestarios obligaron al Ejecutivo municipal a retrasar el proyecto, que ahora se incluye en el programa electoral de los ‘populares’ aunque sin fecha de ejecución y condicionado a la «disponibilidad de recursos».
Fuentes de la candidatura han explicado a Europa Press que, según cálculos basados en el coste del servicio en Barcelona, serían necesarios unos 10 millones de euros al año para mantener Mybici, por lo que el proyecto «sólo se acometerá cuando los recursos disponibles garanticen que se pueden mantener».
Lo que sí irán haciendo desde el Consistorio, si el PP vuelve a ganar las elecciones, será continuar con la instalación de horquillas aparcabicis y también se creará un Registro Voluntario de Bicicletas para que «los usuarios que quieran informen al Ayuntamiento de las bicis que les pertenecen, para facilitar la detección, recuperación y devolución tras los robos, pérdidas o abandonos».
«Tenemos que ser plenamente conscientes de que las políticas aplicadas estos años han sido eficaces, pero tenemos que llegar más lejos. La UE nos ha establecido unos limites de contaminación muy exigentes y vamos a alcanzar ese nivel de exigencia en los plazos q la propia UE, con las prórrogas correspondientes, ha dado a las ciudades. Ése es el lenguaje que Madrid quiere y va a hablar en el siglo XXI», ha asegurado Gallardón.
El objetivo último es conseguir que la movilidad ciclista en Madrid pase de representar el 0,6 por ciento actual al 3 por ciento en 2016. Durante los últimos ocho años, el equipo de Gobierno ‘popular’ ha creado 155,4 nuevos kilómetros de viales ciclistas, un 140 por ciento más de los que existían en 2003, con lo que la red actual cuenta con 250 kilómetros de este tipo de vías y más de 10.000 aparcabicis.
Así, Gallardón ha contado con las nuevas tecnologías en el mundo de la bicicleta y con el «cambio de mentalidad» en la sociedad madrileña para que ‘cuaje’ la implantación de este nuevo modelo de «convivencia» entre la bici y el resto de vehículos que circulan por las calles madrileñas.
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