Así, el hecho de realizar las compras desde el domicilio evita el desplazamiento hasta las zonas comerciales en transporte, ya sea público o privado, lo que contribuye a reducir las emisiones de CO2. Además, los artículos ofertados en la red cuentan con menos embalaje y no producen un gasto eléctrico «masivo» derivado de su exposición en los escaparates, entre otras ventajas.
Asimismo, las transacciones en la red permiten reutilizar objetos a los que no se les da uso y prolongar de este modo su vida útil ya que los portales de compra-venta permiten encontrar objetos que otras personas han desechado.
Por otro lado, desde el portal subrayan que, cuando se efectúa una compra por Internet, se emite una factura de cobro electrónica que equivale a un importante ahorro de papel. Por ejemplo, en el estado de California (Estados Unidos), esta medida evita la producción de 175 millones de toneladas de papel al año.
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