Las oficinas de organismos públicos, los bancos, los colegios y las universidades permanecerán cerrados durante esos dos días en la capital, donde ya se aplica la medida que establece que los vehículos sólo pueden circular en días alternos.
Hace más de una semana que el nivel de contaminación en Teherán es alarmante, y las medidas para disminuir la densidad del tráfico no han mejorado la situación debido a la inversión térmica, que impide que los gases que emiten los coches y las fábricas se disipen.
El número de ingresos hospitalarios ha aumentado un 19 por ciento debido a que la gente acude con dificultades respiratorias graves, según ha afirmado el Ministerio de Sanidad.
La ministra de Sanidad, Marzieh Vahid Dastjerdi, ha advertido de que cerrar las oficinas y las escuelas «no es una solución eficaz». «Tenemos que idear planes más eficaces para disminuir la contaminación en esta metrópoli», ha añadido.
La contaminación es un problema grave en la capital iraní, que se encuentra a los pies de las montañas más altas de Oriente Próximo. Su población, formada por nueve millones de personas, aumenta hasta los doce millones durante el día si se suma a quienes van a la ciudad para trabajar.
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