El gas natural aunque en su quema emite menos gases contaminantes que la de otros combustibles fósiles, su consumo conlleva graves problemas medioambientales.
Para los ecologistas, la construcción de este tipo de infraestructuras supondría un paso atrás en el camino a la transición energética de las islas canarias. Se exige el abandono definitivo de los combustibles fósiles en el archipiélago para 2040 y la cobertura del 100% de su demanda eléctrica mediante energía renovable en 2030.
Canarias presenta todavía una alta dependencia de los combustibles fósiles
Pese a su enorme potencial de energía renovable, Canarias presenta todavía una alta dependencia de los combustibles fósiles, principales causantes de un cambio climático que ya está mostrando su peor cara a través de incendios, danas e inundaciones, entre otros.
En 2024 sólo el 21,2% de la demanda eléctrica canaria se cubrió con energías renovables, según Red Eléctrica. Se trata además de la 5ª comunidad autónoma por la cola en cuanto a ambición climática en España.
Proyectos como el de Totisa corresponden a una visión ya ampliamente superada que aún considera el gas como un combustible bajo en carbono y de transición. Numerosos estudios demuestran que la ventaja climática de esta fuente de energía frente al petróleo o el carbón es muy escasa o nula según la procedencia del gas.
Apostar por el mal llamado gas natural en Canarias va en contra del Acuerdo de París y la estrategia nacional y canaria de transición energética, además de condenar al archipiélago a décadas de emisiones, contaminación y a una energía más cara y dependiente del exterior.
Rechazo al gas natural en Canarias
Canarias cuenta actualmente con tres proyectos gasísticos en Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura. El más avanzado es el proyecto de la empresa Totisa Holdings en el Puerto de la Luz, que pretende convertirse en una combinación de planta de regasificación, almacenamiento flotante y en tierra, sistema de bunkering para buques y planta con 70MW de generación eléctrica.
El principal objetivo de esta infraestructura es quemar gas para producir energía eléctrica, lo que supondría verter más gases contaminantes a la ya afectada atmósfera del puerto y del centro urbano. Hasta el momento son cuatro los informes desfavorables al proyecto emitidos por la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud, en los que se destaca que es erróneo considerar que los vientos enviarán los contaminantes al mar, como asegura la empresa.
Esta planta de gas va a suponer un atentado contra la salud de los habitantes de Las Palmas de Gran Canaria
Las patologías cardiovasculares y respiratorias, especialmente el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), se verán especialmente agravadas durante los episodios de calima.
Las voces en contra del proyecto no paran de crecer. En noviembre de 2024, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo de Gran Canaria manifestaron conjuntamente su rechazo.
Del mismo modo, en diciembre de 2024 el Parlamento de Canarias mostró su resistencia al proyecto y pidió al Gobierno insular que finalice la evaluación de impacto ambiental y actúe con las máximas garantías de salud y de seguridad medioambiental. Este mismo órgano también ha solicitado inversiones a Puertos del Estado y al Ministerio de Transportes para lograr combustibles 100% renovables que permitan cumplir con los objetivos de descarbonización en la islas.
Canarias lo tiene ‘fácil’
Canarias tiene un enorme potencial de sol, viento, energía geotérmica y almacenamiento energético. El actual proceso de concurrencia competitiva para nuevas plantas de producción de energía en las islas sólo puede ser con energías renovables y almacenamiento.
No podemos permitirnos ni un paso atrás en la transición energética. Tenemos que aumentar la ambición de las hojas de ruta existentes hacia un sistema energético 100% renovable, además de más barato e independiente.
Los modelos energéticos existentes y el ejemplo de la isla de El Hierro, que dispone de un sistema eléctrico diseñado para funcionar al 100% con energía renovable, demuestran que con inversiones decididas y políticas adecuadas Canarias puede ser un ejemplo a seguir de integración de energías renovables, mejoras en eficiencia, medidas de ahorro energético y sistemas de almacenamiento”, ha añadido del Pozo.
La organización ecologista insiste en que Canarias se encuentra en un momento clave para rechazar los combustibles fósiles y evitar los peores escenarios de la crisis climática.
Por ello, parecen razonables estas tres demandas:
- Abandono definitivo del proyecto de gas en el puerto de Palmas, así como cualquier otro proyecto de plantas de energía fósil en el archipiélago. El gas mal llamado ”natural” no es una solución verde ni para producir energía eléctrica ni como combustible para buques. Para ambos usos existen alternativas.
- Redoblar los esfuerzos e inversiones en la transición energética para alcanzar el abandono definitivo de los combustibles fósiles en el archipiélago para 2040 y la cobertura del 100% de su demanda eléctrica mediante energía limpia en 2030.
- La transición energética ha de tener criterios sociales y de protección de la biodiversidad. Los proyectos de energías renovables y almacenamiento deben seguir una ordenación del territorio priorizando la energía ciudadana descentralizada y las zonas antropizadas cerca de los consumos.