Las metas iniciales propuestas por la comunidad científica en 1987 parecen estar muy bien encaminadas para lograr el resultado planeado. Y es que el último informe publicado por la ONU confirma que todos los esfuerzos destinados a detener el perjuicio a la capa de ozono han resultado exitosos y se espera una recuperación total para el año 2066.
Nuevas actualizaciones sobre el estado de la capa de ozono
El informe dado a conocer por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), confirman que, de continuar con la aplicación de las medidas adoptadas en el protocolo internacional de Montreal de 1987, se reestablecería la salud de la atmósfera.
Según el informe presentado por la autoridad máxima internacional en materia ambiental se revelaron los datos del estado actual y dieron fechas a la noticia más esperada por todos: ratificaron la recuperación total de la capa de ozono entre los años 2040 y 2066.
Las evaluaciones confirman una restauración global de la capa de ozono a comienzos del año 2040. Sin embargo, el tiempo de esta recuperación podría oscilar en diferentes latitudes, siendo las zonas polares las más conflictivas. En este artículo conocerás más elementos nocivos para el Ártico.
En este sentido, el daño en el polo Ártico descubierto hace menos años, espera su reestructuración para 2045. En tanto que, para la zona Antártica, que lleva la mayor longitud del agujero de la capa de ozono recuperaría los niveles alcanzados en 1980 para el año 2066.
El agujero de la capa de ozono
No parece que haya pasado tanto, pero hace unos 40 años nos sorprendía la noticia de un artículo en la revista científica Nature, que informaba sobre la existencia de un agujero en la capa de ozono, producido por el daño que la mano del hombre venía ejerciendo a la ecología.
Así conocimos su composición y su funcionalidad dentro de la atmósfera, actuando como lámina protectora de la radiación solar. Además, se investigaron las causas que podían estar afectando su estructura y las peligrosas consecuencias para las personas y para el medio ambiente.
Los análisis científicos habían constatado que el origen del agujero de la capa de ozono surgía a consecuencia del uso de gases llamados clorofluorocarburos (CFCs) utilizados por la industria cosmética, los aerosoles e insecticidas.
Este gas nocivo emitido en la atmósfera se descomponía al llegar a la estratósfera liberando átomos de cloro que perjudicaban la capa protectora solar de la Tierra. El problema real era la formación de grandes huecos que nos dejaba directamente expuestos a la radiación.
El éxito histórico que significó la regulación del tratado de Montreal.
Hacia 1987 se firma el tratado en Montreal entre las naciones comprometidas con el cambio climático y se prohíbe la utilización y circulación del CFCs en las industrias para frenar el aumento del agujero de la capa de ozono ya ocasionado, y otras soluciones que revirtieran este peligro.
De esta manera, comenzaron a aumentar las medidas de precaución relacionadas con las horas de exposición al sol, y se elevó el consumo de protectores solares para prevenir y contrarrestar las altas tasas de enfermedades en la piel presentadas hasta el momento.
El protocolo que anunciaba la sustitución de productos que emitieran gases contaminantes a la atmósfera permitió también que disminuyera 0,5° la temperatura de la tierra, y se espera que descienda otro valor igual para 2100.
Ante un panorama desolador como el actual, en el que asistimos al gran deterioro del planeta por el calentamiento climático, los altos valores de contaminación, la reducción de los bosques y la pérdida de la diversidad, este informe es por lo menos esperanzador. No obstante, aun necesitamos más medidas para frenar el cambio climático. Aquí hay otras sugerencias sostenibles para comenzar a aplicar