Un arrecife ya está en proyecto y otros cinco se encuentran en fase de estudio. De esta manera, la Comunidad Valenciana se posiciona a la cabeza de las regiones del Mediterráneo que mayor superficie de su litoral tiene protegido mediante arrecifes artificiales. La iniciativa se enmarca en el Plan Director de Pesca 2008-2013, entre cuyos ejes estratégicos se encuentra la protección del medio marino con el objetivo de garantizar el futuro de la actividad y la optimización de los recursos pesqueros, explicó la Generalitat.
El Gobierno valenciano indicó que los arrecifes artificiales representan la «mejor opción» para la recuperación de los caladeros, dado su efecto disuasorio sobre la pesca de fondo «por el peligro de enganche y rotura de las redes que supone». La práctica indiscriminada de este arte de pesca produce efectos devastadores en áreas de poca profundidad.
El ejecutivo autonómico también destacó que la productividad de un arrecife dobla a la que se produce en el ambiente natural, ya que estos sustratos de hormigón sumergidos en las aguas aparecen recubiertos de gran cantidad de organismos, algas y microfauna que aseguran el alimento de los peces, con lo que se convierten en auténticos refugios para la pesca.
La provincia de Valencia alberga 10 arrecifes, ubicados en Gandia, Sagunto, Cullera, Oliva, Perellonet y Valencia, lo que se traduce en un área protegida por 2.979 módulos que ocupan una superficie de 6.488 hectáreas. En las costas de Alicante, la Conselleria ha instalado otros 19, frente a Santa Pola, Tabarca, Calpe, Benidorm, Torrevieja, El Campello, Guardamar, Altea, la Vila Joiosa y Alicante. Esto supone un área protegida por más de 4.300 módulos, que ocupan 5.600 hectáreas.
En Castellón, se han instalado 12 arrecifes frente a los términos municipales de Almenara, Benicássim, Burriana, Cabanes, Moncofa y Vinaròs, con un total de 2.445 módulos que ocupan una superficie de 4.355 hectáreas.
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