Serge, ecólogo y nativo de Costa de Marfil junto a su equipo, todos ellos del Proyecto Gran Simio, han elaborado un mapa de las agresiones que está sufriendo el Parque nacional, referentes al furtivismo y deforestación principalmente llevadas a cabo por comunidades locales y empresas madereras. El objetivo, según fuentes de esta organización, es emprender el próximo año una serie de proyectos encaminados a la creación de patrullas de vigilancia para luchar contra la caza ilegal y dotar a todas las poblaciones limítrofes al parque, de máquinas para hacer briquetas (material compacto reciclado para uso como combustible en tareas del hogar), en lugar de carbón vegetal que se extrae directamente de la destrucción de la selva.
El Parque Nacional de Tai alberga el mayor vestigio de selva tropical húmeda del África occidental. Ocupa 457.000 hectáreas, presentando una riqueza florística y faunística única en su género. En él habitan especies raras de aves entre ellas el Picatarte cuelliblanco, diez especies de simios entre los que se encuentra el chimpancé y la presencia de antílopes, búfalos y elefantes de la selva.
Según esta organización, la caza furtiva sobre todo se practica con lazos de acero ya que no todos los cazadores pueden disponer diariamente de un fusil o de cartuchos. La técnica es sencilla. Consiste en disimular un cable de hierro bajo tierra y unirla a una rama enganchada en el suelo y curvada en arco de circunferencia. En el momento en que la presa toca el cable, la rama se levanta y es cogida por la trampa. A menudo se defiende en vano y el cable, sierra la pata o el cuello. Un método no selectivo que conlleva la muerte progresiva del animal en muchas ocasiones. Sólo las presas más fuertes se sueltan, como le ocurre al chimpancé.
Precisamente y según las mismas fuentes del responsable de la expedición, se ha encontrado al chimpancé macho llamado Manchot, víctima de esta actividad furtiva. Su brazo izquierdo que le servía para manejar las herramientas para cascar nueces, no puede realizar esa actividad debido a que aún tiene el cable oprimiéndole la piel. Por este motivo se encuentra triste y siempre aislado del grupo.
Se está preparando una cuarta expedición en breve por el mismo equipo del PGS, para intentar salvarle del cable, curar sus heridas y que pueda continuar con sus actividades habituales.
“Desde nuestra Asociación valoramos enormemente la labor que esta realizando Serge Soiret, un ecólogo costamarfileño encargado del grupo local del Proyecto Gran Simio y que está trabajando intensamente en la conservación de la biodiversidad del Parque nacional Tai. Su labor es imprescindible para salvar los últimos reductos de selva tropical que quedan en África occidental ”, ha comentado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio en España.
En las expediciones además se está colaborando con el Instituto Max Planck Alemán en el estudio de un grupo de chimpancés y en el censo del Parque.
Según Pozas, la conservación de este lugar idílico se hace indispensable, no solo por la biodiversidad excepcional, sino además por contener más de 870 especies de plantas algunas de ellas endémicas, 235 de aves y 140 especies de mamíferos. En este lugar fue donde se descubrió a las poblaciones de chimpancés utilizar las herramientas de cascar nueces con un yunque y una piedra al estilo de los hombres primitivos y por poseer el primer yacimiento prehistórico de chimpancés.
