Según Alfredo Florencio, uno de los grandes retos del Corredor Verde es conseguir la implicación empresarial en su desarrollo, “sin la cual nunca vamos a tener una gestión sostenible y el modelo estaría llamado al fracaso. Para ello, el sector privado no tiene que mirar al Guadiamar con la perspectiva del 98, cuando se produjo la catástrofe de Aznalcóllar, – afirmaba Florencio- sino con una perspectiva de futuro, como una oportunidad”. Asimismo, el responsable de ADAD, que ha participado en una mesa temática sobre “Desarrollo rural en el entorno del Guadiamar”, también aludía a la importante labor que hay que hacer con la población de los pueblos que forman el Corredor Verde, “para que lo perciban como algo propio y personal”.
Partiendo de estas reflexiones, exponía los avances que se han logrado en los últimos años en el Espacio Natural de Doñana gracias a la Carta Europea de Turismo Sostenible (CETS), una herramienta que “está permitiendo trabajar de forma mancomunada al Espacio Natural, las entidades locales e instituciones de 3 provincias (Huelva, Sevilla y Cádiz) y al sector empresarial”. Por ello, el Gerente de ADAD animaba a seguir este modelo de gestión participativo y ponía a disposición de los habitantes del Guadiamar los recursos de los Grupos de Desarrollo Rurales que trabajan en el Corredor Verde, ADAD y el GDR Corredor de la Plata.
Concluía Alfredo Florencio su disertación animando al empresariado de la zona a poner en valor el Corredor Verde con el apoyo de los Grupos de Desarrollo y su actual marco de ayudas, el Programa Andaluz para el Desarrollo Sostenible del Medio Rural LiderA, “un instrumento que con financiación de la Consejería de Agricultura y Pesca y la Unión Europea, puede apoyar a la iniciativa privada a crear iniciativas que dinamicen el Corredor y apuesten por un desarrollo económico y social sostenible de su entorno”.
