La asociación considera que las autorizaciones de carácter excepcional para capturar aves en vivo, en pequeñas cantidades y en condiciones estrictamente controladas y cuyo destino son los concursos de canto utilizando el enfilat es correcto «si no fuera porque todo es una tapadera para cazar por la puerta de atrás de la legalidad decenas de miles de aves para el consumo gastronómico».
Según ha explicado en un comunicado, la Conselleria «emite autorizaciones para la caza en enfilat a nivel provincial, es decir, un cazador con autorización puede cazar en cualquier lugar de la provincia y cazar lo que quiera y como quiera tranquilamente pues la Conselleria ni está ni se la espera», y ha explicado que «los condicionantes básicos para permitir la excepcionalidad que supone la caza en enfilat no se cumplen, ni hay estricto control, ni hay control de ningún tipo».
Además, ha añadido Gecen, «todas aquellas autorizaciones para cazar en otoño (autorización Opción B, unas 500) no capturan aves aptas para el canto, pues éstas no pueden aprender el canto limpio al haber copiado notas de otras especies, tienen el denominado canto viciado».
La Conselleria, ha indicado el colectivo ecologista, «es conocedora del destino de la aves capturadas en la opción B (otoño), el gastronómico, pero, lejos de controlar y realizar un seguimiento exhaustivo de cada cazador, tal como indica la Ley para ampararse en la excepcionalidad, contenta a los cazadores de la opción B que actúan con total impunidad ante la falta de vigilancia y control».
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