El grosor de su corteza y su gran capacidad para reproducirse convierten al alcornoque (Quercus suber), en una especie Ășnica. Pero su futuro es incierto. “Existe una acusada falta de regeneraciĂłn natural en los alcornoques, sobre todo en los que se encuentran en tierra de pastoreo”, señala a SINC Gerardo Moreno, investigador en la Universidad de Extremadura.
La regeneraciĂłn de individuos jĂłvenes es “casi nula” y “las poblaciones envejecen sin renovaciĂłn”, señala a SINC Juli G. Pausas, cientĂfico del Centro de Investigaciones sobre DesertificaciĂłn (CIDE) de Valencia.
Pero la falta de regeneraciĂłn natural y el sobrepastoreo no son las Ășnicas amenazas de esta especie que se extiende por 725.000 hectĂĄreas en España. Incendios forestales, talas, cambios en los usos del suelo, desertificaciĂłn, estrĂ©s ambiental por el cambio climĂĄtico, y sobreexplotaciĂłn los hacen mĂĄs vulnerables.
“Si el alcornocal se abandona, se quema o se cambia de uso, numerosas especies protegidas ligadas a este bosque, y a la buena calidad y funcionamiento de estos ecosistemas, pueden verse mĂĄs amenazadas”, apunta a SINC Miguel A. Soto, responsable de la campaña de Bosques de Greenpeace.
SerĂa el caso de ejemplares del ĂĄguila imperial (Aquila adalberti), el lince ibĂ©rico (Lynx pardinus) o la cigĂŒeña negra (Ciconia nigra), que estĂĄn en peligro de extinciĂłn en los ecosistemas mediterrĂĄneos, y viven en los alcornocales, considerados HĂĄbitat europeo prioritario por la UniĂłn Europea (UE).
ÂżTapĂłn de corcho o de plĂĄstico?
Ademås de su valor biológico, los alcornocales aportan un rendimiento económico rural a través de la explotación del corcho. No obstante, su mercado se ve amenazado por el uso de otros materiales, como el plåstico y el metal, para la fabricación de tapones.
“Su sustituciĂłn puede poner en riesgo la conservaciĂłn de las mayores superficies de alcornoques en nuestro paĂs”, advierte Soto, quien defiende, ademĂĄs, que el sector de la construcciĂłn deberĂa contemplar la utilizaciĂłn de paneles de corcho como aislante natural.
Para Moreno, el impacto medioambiental del corcho es positivo: “La producciĂłn de corcho permite la conservaciĂłn de la biodiversidad, tiene escasa participaciĂłn de quĂmicos, y sus desechos tienen aplicaciones ambientales escasamente exploradas”.
Para garantizar el origen sostenible de los productos forestales, como el corcho, frente a otros de sintéticos y mås contaminantes, en 1993, se constituyó la organización internacional de Certificación Forestal (FSC, por sus siglas en inglés).
Por ahora, España cuenta con cerca de 26.000 hectĂĄreas de alcornocales certificados del sello FSC. Pero, la administraciĂłn pĂșblica deberĂa ademĂĄs “proteger el sector corchero de forma mĂĄs proactiva”, manifiesta el ecologista.
Una lucha por la supervivencia
ÂżEs posible que el alcornoque, un ĂĄrbol milenario, desaparezca sin mĂĄs? SegĂșn Pausas, “España ha de entender que sus bosques son una riqueza envidiable en Europa”. Y, entre ellos, los alcornocales, el bosque mediterrĂĄneo por excelencia que se concentra sobre todo en AndalucĂa. Pero, Âżpor dĂłnde empezar?
Como en muchas dehesas (parcelas de pasto) no existen ejemplares jĂłvenes para sustituir a los adultos, un modelo de gestiĂłn recomendable serĂa “dejar descansar las dehesas por unos 20 años y establecer nuevas parcelas en zonas de bosque mĂĄs densas durante ese perĂodo”, aconseja el investigador extremeño.
La regeneraciĂłn permitirĂĄ tambiĂ©n potenciar su diversidad genĂ©tica y seleccionar los ejemplares “que puedan ser mĂĄs tolerantes a las sequĂas”, asegura Pausas, quien propone ademĂĄs realizar una migraciĂłn asistida del ĂĄrbol hacia zonas ambientales mĂĄs favorables, y estimular con alcornoques la restauraciĂłn de los sistemas naturales destruidos.
Mientras el duelo sobre los tapones entre ecologistas, productores de vino y defensores de las alternativas de plĂĄstico se mantiene candente, la supervivencia de la poblaciĂłn de alcornoques se debilita dĂa a dĂa. Su persistencia no depende sĂłlo de las decisiones de unos pocos, sino tambiĂ©n del apoyo y de la preocupaciĂłn de toda la sociedad.
—————————————–
PERFIL DEL ALCORNOQUE:
– CaracterĂsticas: Pertenece a la familia de las FagĂĄceas. Ărbol perenne y de corteza gruesa. Nativo de Europa y del norte de Ăfrica. En estado natural puede llegar a vivir 500 años. Su fruto es la bellota.
– HĂĄbitat: Crece en regiones de clima mediterrĂĄneo, en terrenos sin roca caliza y poco compactos para facilitar su oxigenaciĂłn. Necesita una cantidad mĂnima de unos 400 litros/m2 de lluvia anual.
– DemografĂa: Existen unos dos millones de hectĂĄreas de alcornocales en el mundo. España cuenta con una de las mayores superficies de este tipo de bosque: cerca de 725.000 hectĂĄreas, la mayorĂa de las cuales estĂĄn en AndalucĂa.
– SituaciĂłn: En España estĂĄ en ‘peligro de extinciĂłn’. Las poblaciones mĂĄs afectadas son las de las zonas adehesadas o dedicadas al pasto, lo que perjudica su capacidad de regeneraciĂłn natural.
– Amenazas: SequĂa en el hĂĄbitat natural, actividad humana, pastoreo, edificaciĂłn fuera de los nĂșcleos urbanos, cambio climĂĄtico, aumento de las temperaturas, incendios forestales, talas descontroladas, desvalorizaciĂłn del mercado del corcho, pĂ©rdida de capacidad de regeneraciĂłn natural.
– Medidas de conservaciĂłn: Largos ciclos de rotaciĂłn entre zonas arboladas de alcornoque y zonas de pastoreo para favorecer su regeneraciĂłn natural, migraciĂłn a zonas ambientales mĂĄs favorables y una buena gestiĂłn de los bosques de alcornoque son algunas de las recomendaciones de los cientĂficos para evitar su desapariciĂłn.