1.- Sirve raciones pequeñas en tu plato. Repite si es necesario, pero no tires la comida.
2.- Con un poco de imaginación, puedes elaborar interesantes menús a partir de las sobras.
3.- Compra de manera inteligente. Haz una lista previa y adquiere solo lo que necesitas
4.- Compra frutas y verduras “feas”. Tienen las mismas propiedades nutritivas que las más “guapas”.
5.- Revisa tu nevera y consume antes los productos antiguos para evitar que acaben en el cubo de la basura
6.- Practica FIFO (First in, first out). Lo que antes entra, antes sale.
7.- Comprende las fechas de tu comida. No es lo mismo la fecha de caducidad que la de consumo responsable. La primera indica el momento a partir del cual un producto puede suponer un riesgo para la salud; la segunda, el momento en el que un producto puede perder propiedades (textura, olor, presencia, sabor), pero sin representar un riesgo para la salud.
8.- Convierte los restos de comida en compost. Si habitas en una vivienda unifamiliar con terreno, puedes elaborar tu propio abono natural a partir de la materia orgánica, devolviéndola al suelo en forma de nutrientes.
9 .- Compartir es cuidar: dar para ayudar. Sé solidario, comparte y acuérdate de esas personas que no pueden tener una cesta de la compra digna.
Fuente: Sogama
