Greenpeace pide que se tomen medidas urgentes en respuesta a los informes confirmados sobre el hundimiento del carguero “Rubymar” en el mar Rojo. Se cree que los restos del Rubymar, que transportan más de 41.000 toneladas de fertilizante de nitrato de amonio, representan un peligro inminente para los delicados ecosistemas marinos del mar rojo.
Sin no se actúa inmediatamente, esta situación podría convertirse en una crisis ambiental muy grave. Además de nuevas fugas de fueloil de los motores, el hundimiento del barco podría romper aún más el casco, permitiendo que el agua entre en contacto con miles de toneladas de fertilizante, que luego podrían liberarse en el mar Rojo y alterar el equilibrio de los ecosistemas marinos, provocando efectos en cascada en toda la red trófica.
Esta alteración podría tener consecuencias de gran alcance, afectando a varias especies que dependen de estos ecosistemas y, a su vez, impactando potencialmente los propios medios de vida de las comunidades costeras. El acceso inmediato al lugar del naufragio es imperativo para que un equipo de respuesta experto evalúe la situación y diseñe e implemente rápidamente un plan de emergencia, ha señalado Julien Jreissati, director de Programas de Greenpeace en Oriente Medio y Norte de África.
