Para obtenerla, las mencionadas instalaciones deberán tener una eficiencia energética similar al 25% de los centros de datos más eficientes según la escala de EPA Efectividad en el Uso de Energía (PUE, según sus siglas en inglés).
Antes de recibir la etiqueta Energy Star, un experto independiente se encargará de verificar el consumo de energía del centro solicitante, tras lo cual remitirá a EPA la solicitud de la etiqueta de eficacia energética Energy Star.
Casi todos los sectores de actividad utilizan centros de proceso de datos, instalaciones que permiten almacenar información, acceder a servicios de comunicación e Internet.
Actualmente, su consumo representa un 1,5% del total en Estados Unidos, y asciende a unos 3.760 millones de euros, una cantidad que podría duplicarse durante los próximos 10 años.
Según datos de EPA, una mejora de la eficiencia energética de tan solo el 10% permitiría un ahorro de más de 6.000 millones de kilovatios hora al año, cantidad suficiente para cubrir las necesidades de 350.000 hogares, lo que permitiría un ahorro en términos económicos superior a 376 millones de euros.
Medidas simples, como utilizar servidores eficientes en consumo y revisar el correcto funcionamiento de los sistemas de refrigeración y ventilación, pueden contribuir a lograr esos objetivos, según los expertos de EPA.
