El paracetamol, también conocido como acetaminofén, es uno de los medicamentos más utilizados en el mundo para aliviar el dolor y reducir la fiebre. Su seguridad y eficacia han sido evaluadas durante décadas por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Ninguno de estos organismos ha encontrado relación alguna entre el consumo del fármaco y la aparición de trastornos del espectro autista. Echan por tierra, entonces, las teorías del trumpismo, el movimiento político asociado al Presidente de Estados Unidos Donald Trump que ha estado vinculado a diversas corrientes de extrema derecha que promueven discursos polarizantes, teorías conspirativas y desinformación en múltiples ámbitos.
Un tema polémico que siempre es noticia
La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) es la máxima autoridad en la materia en España, y ha publicado una nota saliendo al paso de las últimas noticias sobre los riesgos del consumo de paracetamol, y aclarando que no hay ninguna evidencia científica de que el uso de paracetamol en el embarazo provoque autismo u otros trastornos del neurodesarrollo.
En 2019, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) revisó el posible impacto del uso de paracetamol durante el embarazo en el neurodesarrollo de los niños, y la conclusión de esa revisión, que se incorporó a la información técnica de los medicamentos con paracetamol, era que “Los estudios epidemiológicos sobre el neurodesarrollo en niños expuestos a paracetamol en el útero muestran resultados no concluyentes.”
El pasado 22 de septiembre de 2025, la FDA (Food and Drug Administration) de Estados Unidos publicó una nota de prensa anunciando que reflejará en la información del medicamento la posible asociación entre el uso de paracetamol durante el embarazo y diagnósticos posteriores de autismo o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en la descendencia, aunque aclara que no se ha establecido una relación causa/efecto.
Esto ha bastado para encender la chispa de la polémica, que han avivado las declaraciones del presidente Trump alentando a las mujeres gestantes a no consumir paracetamol (entre otras afirmaciones sin fundamento en materia de salud).
Paracetamol, sigue siendo seguro en el embarazo
Sin embargo desde las organizaciones de consumidores se hacen eco de las recomendaciones de AEMPS (alineadas con las de otros organismos, como la Agencia Europea del Medicamento), que indican que las mujeres embarazadas pueden seguir utilizando este medicamento cuando sea necesario (para combatir dolor o fiebre), siguiendo las indicaciones del prospecto y siempre recurriendo a la dosis más baja que sea efectiva y durante el menor tiempo posible.
No hay evidencia científica que indique una relación entre el paracetamol en el embarazo y los trastornos del desarrollo neurológico de los niños, y sin embargo si hay muchos datos que avalan la ausencia de toxicidad fetal y neonatal y de malformaciones congénitas por el consumo de paracetamol en el embarazo, a diferencia de lo que sucede con otros medicamentos.
Desde AEMPS insisten en que:
- A día de hoy, no hay nueva información para modificar las recomendaciones oficiales sobre el paracetamol, si bien, como ocurre con todos los medicamentos, se sigue supervisando de forma continua la seguridad de los medicamentos que contienen paracetamol y si se identificara nueva información, así se comunicaría.
- Las mujeres embarazadas pueden consumirlo siguiendo esas indicaciones oficiales, consultando en caso de dudas o si no notan mejora en los síntomas antes de elevar dosis o frecuencia por su cuenta.
- Otros fármacos tienen efectos nocivos demostrados, y la fiebre no tratada y el dolor intenso también conllevan riesgos.
El riesgo de difundir estas creencias sin sustento es doble: por un lado, fomenta la estigmatización de las personas con autismo; por otro, puede llevar a que familias renuncien a tratamientos médicos seguros, poniendo en riesgo la salud de niños y adultos. Así, los especialistas llaman a la ciudadanía a consultar fuentes médicas confiables y basadas en evidencia, y advierten que discursos como el del trumpismo, al mezclar ideología política con desinformación sanitaria, no solo distorsionan el debate público, sino que también amenazan el bienestar colectivo. ECOticias.com













