Son necesarias nuevas políticas valientes que den una vuelta profunda a todos los sectores responsables de las emisiones que producen cambio climático: sistema energético, transporte, agricultura, ganadería, industria…
La semana pasada, pocas horas después de que el Congreso aprobara la declaración del estado de emergencia climática supimos que el 23 de septiembre, se firmaría el decreto por el que se disolverían las Cortes y que nos abocaba a votar en unas nuevas elecciones.
Las cuartas elecciones generales en cuatro años.
Como una imagen vale más que mil palabras, hemos querido evidenciar en el hemiciclo del Congreso con qué herramientas cuenta España para abordar la emergencia climática: un arco parlamentario vacío y unos sillones sin clase política, sin nadie que asuma la responsabilidad de actuar con la urgencia y contundencia que la situación exige.
Necesitamos acción, necesitamos políticas
Para abordar la emergencia climática, no basta con una simple declaración.
Necesitamos políticas que garanticen la protección de los ecosistemas y que cambien los modos de producción y de consumo. La próxima década es decisiva para tener una cierta probabilidad de éxito en no superar en 1,5 ºC las temperaturas globales.
Tenemos poco tiempo y necesitamos responsabilidad de toda la clase política para poder avanzar y evitar así que millones de personas más suframos los peores impactos del cambio climático.
Sin embargo, a día de hoy, todavía no tenemos una ley de cambio climático y energía y los planes energéticos presentados a Europa solo asumen la reducción de un 20% de las emisiones respecto a 1990.
Por no tener, ya no tenemos ni Gobierno, ni compromisos, ni acuerdo de los grupos políticos para liderar la lucha contra la crisis climática que asuma los cambios profundos y urgentes que necesitamos en todos lo sectores, a todos los niveles.
Solo tenemos una declaración de emergencia climática vacía de contenido.
Cumbre sobre la Acción Climática
Al mismo tiempo, en Nueva York se reúnen jefes de estado de todo el mundo en la Cumbre sobre la Acción Climática convocada por el Secretario General de Naciones Unidas para impulsar la acción real frente al cambio climático y para que los países presenten compromisos de reducción de emisiones más ambiciosos.
Pedro Sánchez también participa en esta cumbre. ¿Qué tiene que ofrecer? ¿Un hemiciclo vacío? ¿Quién va a ejecutar su, ya de por sí poco ambicioso, plan de energía y clima?
Las demandas del Secretario General de las Naciones Unidas son claras: los países deben presentar planes realistas que sean compatibles con el último informe especial del IPCC sobre el 1.5 ºC.
Específicamente, el Secretario General de Naciones Unidas ha pedido impuestos al carbono, el fin de las subvenciones a los combustibles fósiles y que no se construyan nuevas plantas de carbón.
En el caso de España, la propuesta coherente que Sánchez debería llevar es: elevar el compromiso de reducción de emisiones al menos al 55% en 2030 respecto a 1990, cierre de todo el carbón no más tarde de 2025, sistema eléctrico 100% renovable en 2030, la prohibición de la matriculación de coches de gasolina y gasoil en 2028, una agricultura y ganadería ecológica y todas las medidas necesarias para hacer frente a la crisis climática y ecológica que vivimos.
Necesitamos un Congreso con personas dispuestas a colaborar
Ahora más que nunca, en esta Semana de Global de Acción por el Clima, con las calles inundadas de personas que claman decisiones urgentes, la responsabilidad de la clase política es la de actuar poniendo a las personas y el planeta en el centro.
No tenemos tiempo que perder, en la próxima legislatura, el Congreso de los Diputados debe estar lleno de personas dispuestas a colaborar y a hacer las políticas que se necesitan para evitar los peores impactos del cambio climático.
Por todo esto, te animamos a salir a la calle el próximo viernes 27 de septiembre. Únete a la convocatoria maś cercana para exigir soluciones urgentes frente a la emergencia climática.
Autor: Tatiana Nuño
Fuente: Greenpeace