Pensaba comenzar este artículo citando los datos que un día sí y otro también, y de forma atronadora, nos cuentan que esto del cambio climático ya está aquí. No hace falta, la evidencia es clamorosa, contundente.
No, no será la siguiente generación la que vea los primeros efectos de eso que hasta hace dos días queríamos creer era una amenaza como mucho a medio plazo. No, definitivamente no. Esto ya está aquí. Estamos asistiendo desde el sofá a clamorosos síntomas de que el planeta, a través de su clima, se comporta de otra forma. Intuimos por los informes de la comunidad científica cuales son las consecuencias… y ninguna buena, salvo que consideremos positivo pasear en mangas de camisa en enero y febrero y pasar un poco de frío solo un par de semanas de marzo.
No, no será la siguiente generación la que vea los primeros efectos de eso que hasta hace dos días queríamos creer era una amenaza como mucho a medio plazo. No, definitivamente no. Esto ya está aquí
Sí, el clima está cambiando y con él los ecosistemas. ¡Que se lo pregunten a los agricultores, a los viticultores, a las víctimas de sequías e inundaciones, de fenómenos extremos que se multiplican por todo el planeta!
Pero el principal problema no es ese, lo peor de lo peor es que nosotros, el conjunto de la humanidad, seguimos actuando igual, nos comportamos como si nada. Y no digamos nuestros responsables políticos que siguen discutiendo si fue antes el huevo o la gallina, si objetivos vinculantes o no, si tú recortas más o menos emisiones que yo, cuando el agua ya les llega por la cintura y así seguirán cuando les llegue por el cuello haciendo buena la escultura de Isaac Cordal en las calles de Berlín.
“Follow the leaders” por Isaac Cordal, Berlin, Alemania 2011. Fuente: www.cementeclipses.com
Para combatir el cambio climático, para mitigarlo, para adaptarnos a él existen miles de iniciativas posibles e incluso algunas ya han demostrado su eficacia. Pero el primer paso, el Rubicón que tenemos que cruzar ineludiblemente es tomárnoslo en serio, muy en serio. Es el principal reto de la Humanidad y nosotros formamos parte de ella, aunque nos complazca tanto mirarnos al ombligo o entretenernos con problemas menores, mucho menores cuando no ficticios.
Para combatir el cambio climático, para mitigarlo, para adaptarnos a él existen miles de iniciativas posibles e incluso algunas ya han demostrado su eficacia. Pero el primer paso, el Rubicón que tenemos que cruzar ineludiblemente es tomárnoslo en serio, muy en serio
A los políticos les corresponde la mayor responsabilidad, pero sabemos que solo modificarán su comportamiento, su complacencia con el statu quo, si sienten la presión de los ciudadanos como una prioridad a la hora de emitir su voto. Y ese no es el caso hoy por hoy.
Pero mientras actuamos en esa dirección de cambiar la política (en la que ya deberíamos estar dada la información de la que disponemos) podemos y debemos también modificar nuestros propios comportamientos de forma consecuente a lo que sabemos. Si leemos y nos lo creemos porque lo dice el 99,9% de la comunidad científica que el modelo energético actual (basado fundamentalmente en quemar petróleo, gas y carbón) incide como uno de los principales factores, no estaría de más que cambiáramos nuestra forma de usar la energía. Un cambio que puede ir desde tomar en consideración la etiqueta energética del nuevo electrodoméstico o de la vivienda que vamos a alquilar o a comprar, pensar en un coche eléctrico (te van a salir las cuentas en muchos casos) o conducir de forma sensata el que tienes para reducir su consumo. Sí, son solo unos ejemplos, el catálogo -afortunadamente- es muy amplio.
Un cambio que puede ir desde tomar en consideración la etiqueta energética del nuevo electrodoméstico o de la vivienda que vamos a alquilar o a comprar, pensar en un coche eléctrico o conducir de forma sensata el que tienes para reducir su consumo
Solo cuando traslademos a nuestro día a día, a lo cotidiano, nuestra toma de conciencia del problema empezaremos a combatirlo. Mientras no sea así, los responsables políticos seguirán mirando para otro lado, las grandes corporaciones energéticas seguirán imponiendo el aplazamiento de lo que es inexorable, las multinacionales seguirán esquilmando los recursos del planeta debilitándolo aún más y nos acercaremos paso a paso a un escenario que no queremos ver. No es catastrofismo, es lo que estamos viendo, pero no queremos mirar.
¿Estamos ciegos o somos estúpidos? ¿Por qué no actuamos? Que cada cual se conteste a si mismo.
Sergio de Otto, Periodista especializado en energías renovables
http://blog.gesternova.com/ciegos-o-estupidos-ante-el-cambio-climatico/