“La reciente agresión contra hija de la desaparecida ambientalista Berta Cáceres, líder del grupo indígena Copinh, que continúa luchando por sus derechos, agudiza los temores del país respecto a la violencia que se ejerce contra los activistas, en Honduras.”
Intento de asesinato
La hija de la desaparecida ecologista hondureña Berta Cáceres ha sobrevivido a un ataque armado, semanas después de ser nombrada líder de la organización de derechos indígenas, anteriormente dirigida por su madre.
Bertha Zúñiga, de 26 años, fue atacada junto con otros dos miembros del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), mientras regresaban de una visita a una comunidad, en el centro de Honduras la semana pasada.
Tres agresores trataron de herir a los miembros de Copinh con machetes, después de que una camioneta negra los obligase a detenerse bloqueándoles el camino. En un primer momento lograron escapar, pero recibieron un nuevo ataque, debido a que el conductor de la camioneta los persiguió tratando de que su vehículo dejase la carretera y cayese al acantilado.
Zúñiga, la segunda de los cuatro hijos de Cáceres, viajaba con Sotero Chavarría y Asunción Martínez, miembros del comité de liderazgo de Copinh. El grupo escapó ileso pero el incidente ha vuelto a aumentar los temores sobre la violencia contra los defensores de derechos humanos y medioambientales en Honduras.
El caso de Berta
Su madre, Berta Cáceres co-fundó Copinh con su ex marido hace 24 años. Si bien es más conocida por su trabajo ambiental, también fue una firme defensora de los derechos de las mujeres y los LGBT y era candidata a la vicepresidencia de Honduras por un partido independiente, cuando el país sufrió un golpe de estado respaldado por militares, en julio de 2009.
El gobierno de derecha que asumió la presidencia inició una serie de políticas pro-empresariales, sancionando cientos de licencias para proyectos ambientalmente destructivos en áreas rurales, sin ninguna consulta previa con las comunidades.
Cáceres fue asesinada en su casa en marzo de 2016 tras años de intimidación y amenazas de muerte relacionadas con su activismo. Su amigo el ecologista mexicano Gustavo Castro, sobrevivió fingiendo estar muerto. Cáceres luchó para defender los derechos ancestrales de la tierra del pueblo Lenca de grandes proyectos de minería, construcción de presas y deforestación.
La trágica muerte de Cáceres ocurrió meses después de haber ganado el prestigioso premio Goldman Environmental, por su oposición a uno de los mayores proyectos hidroeléctricos de la región: las cuatro presas en la cuenca del río Gualcarque, que es sagrada para las Lencas.
Sigue la violencia
El asesinato de Berta fue condenado internacionalmente, pero la violencia en Honduras ha continuado. Dos de sus colegas: Nelson García y Lesbia Urquia también fueron asesinados y varios activistas más han sobrevivido a numerosos ataques.
El último ataque ocurrió poco después de que la delegación de Copinh dejara Cancire, una pequeña comunidad rural en el municipio de Santiago de Puringla, La Paz. La organización cree que este incidente podría estar relacionado con una disputa sobre el acceso a una fuente local de agua para Cancire y los pueblos de los alrededores, afectados por la presa hidroeléctrica de Zazagua.
Al menos 124 activistas ambientales y de los DDHH han sido asesinados en Honduras desde el golpe de Estado, convirtiéndolo en el país más peligroso del mundo para defender los recursos naturales, según la ONG Global Witness. El incidente sufrido por Zúñiga y sus compañeros ha sido reportado a las autoridades, pero hasta el momento no se han realizado arrestos.