El hombre, que aún no ha sido identificado públicamente, estaba trotando este lunes en la ruta de West Ridge en un parque de 2,700 acres en donde se puede hacer montañismo y montar bicicleta.
Si el ataque de pumas a humanos es realmente raro, 20 ataques fatales en más de 100 años en EEUU, más raro aún es que en un ataque de un felino contra un humano sea el felino el que termine muerto. Así ha ocurrido en uno de los caminos de las montañas rocosas, en donde, según declararon en un comunicado oficiales de los parques naturales de Colorado, un hombre ahogó con sus propias manos a un puma de 80 libras que lo atacó.
El hombre, que aún no ha sido identificado públicamente, estaba trotando este lunes en la ruta de West Ridge en un parque de 2,700 acres en donde se puede hacer montañismo y montar bicicleta. De repente, el hombre escuchó algo tras sus pasos y cuando volteó se dio cuenta de que un puma joven corría hacia él. El animal se le abalanzó logrando morderle la cara y la muñeca.
El hombre decidió pelear por su vida y enfrentar a la fiera. Tras batallar logró ahogar al animal después de apretar su cuello usando sus manos, según se describe en el comunicado que han revelado las autoridades. Aunque sufrió serias heridas y logró llegar por su cuenta al hospital para ser tratado y para contar su historia.
“Este corredor hizo todo lo que pudo para salvar su vida», dijo Mark Leslie, vocero de los parques naturales y la vida silvestre de Colorado. «En el caso de un ataque de un puma, se debe hacer todo lo posible y enfrentar al animal como lo hizo este hombre”. Ante el acecho de un felino, los voceros del parque siempre recomiendan evitar correr y tratar de parecer más grande en tamaño levantando los brazos o ensanchando el pecho y llegada la inminencia del ataque usar palos, piedras e incluso las manos, como lo hizo este hombre.
El ataque, según el registro forense, fue hecho por un puma joven que suelen ser los que atacan a los humanos porque al tener corta edad son forzados a cazar por primera vez por su cuenta sin vivir aún en áreas establecidas. A pesar de la rareza del evento, las autoridades han recalcado que la inminencia de estos sucesos ha crecido una vez que más personas se han mudado a zonas silvestres y usan los caminos para hacer ejercicio en donde habita la vida salvaje.
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