Quiere un sitio en el ‘centro del mundo’ y ahora que ni el G-20, ni la reforma financiera, ni la Alianza de Civilizaciones le dejan más espacio, concentra sus esfuerzos en la presidencia europea y en los atajos de su sintonía con Washington. Quiere que su periplo por los pasillos de la Casa Blanca el 13 de octubre sea el preámbulo de su ‘coronación’ como uno de los líderes en energías limpias. Pero ni EE UU, ni su propio perfil energético se lo ponen fácil. El presidente español encaja aún el ‘tentetieso’ de la Cumbre de Pittsburg: Obama no dejará que Madrid le saque los colores ni muchos más compromisos. Sarkozy apadrina una reunión antes de Copenhague, lo justo para opacar la Cumbre mundial “Crisis y cambio Climático” de Zapatero el 1 de octubre en Madrid y la cita barcelonesa del 2 al 6 de noviembre. No es otro que Juan Verde -el asesor de Obama- el que recordaba que está a la cola europea del cambio climático y las emisiones del CO2 y uno de los que está más lejos de cumplir Kyoto. Bruselas y la AIEA vaticinan que no cumplirá con sus horizontes del 20% de renovables en 2020 y le sacan a Zapatero los colores de las ayudas al carbón y la fiscalidad verde.
Zapatero pone toda su ‘artillería verde’ en la ‘operación Obama’
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