Recursos forestales y pastizales en la Región Autónoma china del Tíbet se ven favorecidos hoy con la instalación de 10 mil paneles solares que mejoran también la calidad de vida de la población local.
En sustitución de las estufas tradicionales, alimentadas por leña o estiércol, fueron introducidos unos 395 mil calentadores que trabajan con ese tipo de energía renovable en zonas rurales y de pastoreo, según la oficina regional de ciencia y tecnología.
Los paneles solares, que compensan la deficiencia de biocombustibles, serán utilizados para generar luz, calor y energía a los aparatos electrodomésticos, según fuentes especializadas procedentes del lugar citadas por medios de prensa.
Yang Yuejing, investigador de ese tipo de fuente alternativa en Lhasa, la capital tibetana, recordó que la leña y el estiércol aportaban el 43 por ciento del consumo energético de la región, lo cual amenazó los recursos forestales y pastizales locales.
El Tíbet cuenta con una media de tres mil horas de radiación solar al año.
El gigante asiático es el mayor fabricante de turbinas eólicas y paneles solares. En sus esfuerzos por reducir las emisiones de gases contaminantes, el país impulsa de manera creciente el uso de fuentes renovables de energía.
Situado en el suroeste del territorio, al Tíbet se le conoce como el «techo del mundo», al estar rodeado por las cordilleras de mayor altitud de la Tierra (más de cuatro mil metros). Allí se encuentra el pico más alto del mundo, el monte Everest, que hace frontera con Nepal.