La industria española se encuentra en una búsqueda constante de nuevas y mejores alternativas que puedan sustituir el uso de combustible altamente contaminante como el gas natural por su nociva emisión de dióxido de carbono (CO2). Esta es precisamente la razón por la cual diversas empresas en España han decidido embarcarse en una nueva alternativa que promete transformar las reglas del juego, debido a la necesidad de adaptarse a un entorno cambiante.
Alarmante dependencia de España por gas contaminante
Recientemente, Sedigás, La Asociación Española del Gas, ha realizado un informe junto con PwC, en dónde señalan la gran importancia de la competitividad entre empresas que potencien la producción de gases renovables en el país, esto se debe al alarmante porcentaje que consumo de gas natural en el último tiempo.
Según se detalló minuciosamente en el informe mencionado anteriormente, se revela que un significativo 17% del PIB (Producto Interior Bruto) está sustentado en una dependencia considerable del gas natural . Este mismo cuenta con el 55% del gasto de energía total en España. Este sería el principal problema que frena radicalmente la incorporación de gases renovables a la industria española.
A pesar de las impactantes cifras, la demanda por gas natural ha disminuido notablemente durante el último tiempo, teniendo una reducción del 39% en el último mes del año 2022, en comparación al del año 2021. Incluso es importante mencionar que el consumo anual de gas contaminante aumentó solo un dos porciento, a pesar de que en 2023 se evidenció una elevación del 27% con respecto al año anterior.
El esperado proyecto que provocará los gases renovables frente al delicado cambio climático
Gases renovables como el hidrógeno verde y el biometano pueden influir significativamente en el plan para descarbonizar sectores gasintensivos, siendo estas dos alternativas sumamente atractivas y viables para sustituir de una vez por todas la utilización de gas natural, el mismo que emite un alarmante impacto en el medio ambiente, favoreciendo al efecto invernadero y por lo tanto, al cambio climático.
Cuando hacemos referencia a las zonas gasointensivas, se hace hincapié en áreas con un elevado potencial de electrificación, el cual se debería encontrar en un rango específico entre el 0% y el 5%. Este término hace referencia a regiones donde la dependencia de fuentes de energía intensiva en gas es notoria y, por otro lado, señala una ventana para avanzar hacia tecnologías más limpias y sostenibles.
¿Habilitar la utilización de hidrógeno en la actualidad es posible?
La integración de aproximadamente un 20% de hidrógeno renovable en la red de gas contaminante existente en este momento supondría una inversión significativa, según un estudio reciente de CavendisH2, realizado en colaboración con Sedigas y Bip Consulting. Los costos estimados para esta transición oscilan entre 92 y 703 millones de euros, reflejando la complejidad y la variabilidad con la implementación de tecnologías de hidrógeno renovable a gran escala.
En una actualización reciente, los responsables del proyecto H2SAREA han certificado una compatibilidad notablemente alta en la red de distribución de gas. Este notable logro destaca la eficacia sobresaliente del proyecto al lograr, sin ningún inconveniente, una integración fluida de hidrógeno en la infraestructura existente de distribución de gas. La certificación obtenida confirma una compatibilidad extremadamente similar, consolidando así la viabilidad y eficiencia de la implementación.
Con respecto al otro potencial producto que podría reemplazar al gas natural, nos referimos concretamente al biometano, y es que en la actualidad España tiene la gran capacidad de producir 163 TWh/año. La cantidad mencionada anteriormente es suficiente para cubrir casi el 50% de la demanda anual de gas natural. Estas cifras significativas cifras representan un paso significativo hacia la viabilidad y la aceptación de tecnologías de hidrógeno en la red de gas.




















