La planta fotovoltaica más grande del planeta no tiene paneles solares convencionales. Se habla de billones de litros de agua y energía del mar. La planta fotovoltaica que superaba la dimensión de Andorra causó impacto, un efecto que volverá a irrumpir en esta ocasión. Cuando se habla de plantas fotovoltaicas solemos pensar en una central eléctrica terrestre que transformar la energía solar en electricidad gracias al efecto fotovoltaico.
Este efecto tiene lugar cuando los fotones de la luz, al impactar sobre un material determinado, logran desplazar un electrón, que produce corriente continua. Una planta solar fotovoltaica convencional generalmente se compone de módulos fotovoltaicos y un inversor. Son los paneles fotovoltaicos los encargados de convertir la radiación solar. Asimismo, el inversor pasa la corriente continua a la corriente alterna de características parecidas a las de la red eléctrica.
Este tipo de plantas solares pueden darse a gran escala o en instalaciones pequeñas. Algunas plantas fotovoltaicas pequeñas incluyen sistemas de almacenamiento de energía, como baterías. No obstante, no solo existen plantas fotovoltaicas terrestres, sino también flotante, el tipo de planta en el que nos concentraremos en este artículo.
La planta fotovoltaica más grande del mundo no es como piensas
Aunque las plantas fotovoltaicas más comunes o, en las que pensamos primero, son terrestres, existe una vía alternativa cuando un territorio no cuenta con espacio en tierra para el levantamiento de plantas de estas características.
Los japoneses dieron respuesta a esta interrogante. La compañía Kyocera se especializa en el envío de energía limpia a miles de hogares nipones. Sin embargo, los chinos han tomado el control con propuestas de gran tamaño, desarrollando la superficie flotante más grande del planeta.
China ya ha conectado la planta flotante más grande de la red de energía local de la ciudad de Huainan, provincia de Anhui. Se trata de una zona famosa por su industria minera y combustibles fósiles, que ahora ha dado un giro de 180 grados para apuntar hacia el sol. Está ubicada sobre una mina de carbón inundada.
La corporación detrás de este proyecto es la empresa china Sungrow Power Supply Co, ya conocida en el sector por la instalación de la anterior planta flotante más grande, también situada en Huainan. Esta tenía una capacidad de producción de 20 MW, mientras que la nueva duplica la cantidad, alcanzando los 40 MW.
China tiene que lidiar con el grave problema de las emisiones por tratamiento del carbón, con ciudades completamente contaminadas por una industrialización sin control en las últimas décadas. En los últimos años, la nación se ha modernizado mucho y está optando por energías más verdes. También contribuye que los costes de la industria china han reducido sus precios.
Esto trae grandes noticias que cubren diversas necesidades. Por un lado, se aprovecha el agua como superficie y, por otro, los paneles tienen refrigeración, logrando ser un 11% más eficientes que un panel equivalente en tierra.
Japón apuesta por la planta fotovoltaica flotante
En lo que concierne a Japón, otro punto positivo de apostar por la fotovoltaica flotante es la resistencia a terremotos y movimientos sísmicos. Asimismo, también se diseñan para aguantar vientos de más de 190 kilómetros por hora.
Cabe destacar que la energía fotovoltaica flotante es una tecnología que abarca la instalación de paneles solares en superficies de agua. Lugares aptos para colocarlos son embalses, canteras o yacimientos de extracción de minerales. Así pueden aprovecharse las superficies acuáticas para cubrir la demanda solar. Hablamos de un método alternativo a la fotovoltaica tradicional. Surge con el propósito de extender la energía solar a todas las zonas en las que el terreno no dispone de las características adecuadas para instalar la terrestre.
En definitiva, si bien las palabras “planta fotovoltaica” nos transportan mentalmente a las plantas terrestres, la más grande del planeta no tiene paneles solares convencionales, sino billones de litros de agua. Este tipo de energía (solar flotante) es tan prometedora que ya se habla de ella en España.