Concluye la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), pero urge a pasa de la palabras a lo hechos. Es imprescindible concretar una hoja de ruta basada en ciencia, precaución, gobernanza integrada, conectividad y transición justa. España ha jugado un papel crucial, ahora puede y debe liderar el cambio, como ya ha hecho en otras políticas, impulsando un modelo ejemplar de protección marina.
A pesar de los compromisos, los grupos ecologistas expresaron su frustración por el hecho de que la conferencia no haya tomado decisiones más firmes y jurídicamente vinculantes, especialmente en lo que respecta a la minería en aguas profundas. Hemos escuchado muchas palabras bonitas aquí en Niza, pero estas deben traducirse en acciones tangibles.
Los países deben ser valientes y hacer historia comprometiéndose a una moratoria de la minería en aguas profundas en la reunión de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) del próximo mes.
Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3)
La Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), celebrada esta semana en Niza, concluye hoy con un mensaje claro para el mundo: proteger los océanos no puede seguir siendo una aspiración, sino una obligación inmediata.
Desde el mundo ecologista, que ha seguido los debates con atención, se acoge con esperanza el interés internacional mostrado por los océanos y las comunidades que dependen de ellos, pero se insiste en que solo compromisos vinculantes pueden detener la degradación de este ecosistema vital.
Es alentador ver al mundo mirar a los océanos sin fronteras, que esconden una biodiversidad asombrosa y desempeñan un papel clave en el equilibrio del planeta. Pero ya no basta con declaraciones bienintencionadas: necesitamos decisiones firmes y vinculantes que salven los océanos y, con ellos, nuestro futuro.
La organización considera que la conferencia debe marcar un punto de inflexión similar al que supuso la Cumbre del Clima de París.
Ahora urge definir una hoja de ruta concreta que incluya:
- Investigación y conocimiento con financiación suficiente para sustentar políticas basadas en ciencia.
- Principio de precaución, especialmente ante amenazas emergentes como la minería submarina en aguas profundas.
- Gobernanza integradora, coherente y participativa, que conecte biodiversidad, clima, pesca, salud y justicia social.
- Protección y restauración, con el objetivo de proteger el 30 % del océano en 2030, incluyendo al menos un 10 % con protección estricta, garantizando la conectividad entre espacios a través de corredores marinos.
- Transición justa, con planes de ordenación marítima y participación activa de sectores y comunidades costeras.
- Solidaridad internacional e intergeneracional, con apoyo específico a los países y comunidades más vulnerables.
- Lucha integral contra la contaminación, desde plásticos y químicos, hasta el ruido submarino o la contaminación lumínica costera.
La conectividad ecológica y la colaboración entre ciencia y política, especialmente a través de las rutas migratorias oceánicas, es clave para proteger la biodiversidad marina.
Herramientas como las Áreas Clave para la Biodiversidad (KBA) o la base de datos de seguimiento de aves marinas pueden acelerar la creación de espacios protegidos y asegurar su conectividad.
Ecologistas recuerdan que existen ya instrumentos y experiencias de éxito que pueden guiar el camino. Pero hace falta voluntad política y coherencia con las obligaciones internacionales adquiridas.
España, llamada a liderar la transición justa azul
Para los ecologistas, la protección de los océanos y las costas debe convertirse en una política de Estado en España. Nuestro país, con su amplio patrimonio marino, tiene la responsabilidad y la capacidad de convertirse en referente de una verdadera transición azul, como ya lo ha sido en otros ámbitos como las energías renovables.
España puede liderar esta transición si mantiene su compromiso con la protección del 30 % del mar para 2030, sigue fomentando la colaboración científica y social a través de proyectos como INTEMARES, y apoya con ambición la implementación del Tratado Global de los Océanos. ECOticias.com