Las sendas, de no más de quinientos metros de longitud, tienen hasta doce paradas para que los participantes conozcan la riqueza forestal de los bosques de ribera del río Jerte, y puedan diferenciar especies autóctonas como los alisos, fresnos, chopos, o sauces, que crecen en la cercanías del lecho del río, además de robles rebollos y castaños que llegan también a encontrarse en la zona, aunque se hábitat natural se encuentre a media ladera de las montañas.
La metodología de trabajo incluye que los participantes usen todos sus sentidos para conocer el árbol, lo toquen, visualicen la forma de su tronco y hojas, y pinten éstas sobre un papel reutilizado, para posteriormente recortarla y pegarla en un mural, informa Natura 2000 en nota de prensa.
De este modo, el participante es capaz de conocer a la gran mayoría de especies autóctonas del Valle del Jerte, conocido por sus cerezos, pero que guarda en sus últimos bosques de ribera una «elevada riqueza» forestal.
Natura 2000 ha puesto en marcha el programa para distinción de especies forestales atendiendo al desconocimiento demostrado por la mayoría de los participantes, que no eran capaces de conocer en un ochenta por ciento más de dos especies diferentes.
A la finalización de las rutas ecológicas señalizadas, los participantes son capaces de distinguir todos los árboles autóctonos que habitan las orillas del Jerte, y de este modo la asociación pretende que haya un mayor respeto de los participantes por las especies vegetales.
El programa de conocimiento de especies forestales se circunscribe dentro de la planificación de actividades de educación ambiental que desarrolla Natura 2000 en sus campamentos, que también desarrolla un programa de voluntariado para la limpieza de las márgenes del río Jerte durante todo el verano.
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