Yulka (18 años) y Kairo (26 años) las dos beluga del Oceanográfico de Valencia languidecen durante 10 años cautivos en unas instalaciones poco apropiadas.
Proyecto Gran Simio solicita a las autoridades competentes valencianas y a los responsables del Oceanográfico de Valencia, que se tomen medidas urgentes para reparar el daño que se está causando a estos dos animales al mantenerlos en cautividad durante diez años en condiciones no adecuadas para su especie y que se proceda a trasladarlos a un centro de recuperación marítimo donde puedan vivir en semi-libertad y en las condiciones más favorables posibles para ellos.
Estos cetáceos según esta Organización, en libertad pueden recorrer varios cientos de millas, y son animales muy sociables que viven en grupos de unos diez individuos de media. En cautiverio, sin embargo nadan en círculos sin parar ya que un pequeño tanque artificial limita sus movimientos naturales y les impide realizar el ejercicio que deberían hacer a diario. Su confinamiento les obliga a realizar movimientos estereotipados como ocurre con otros animales que viven en cautividad.
Gran Simio advierte que la privación de libertad y la exposición continua a los visitantes y turistas provoca estrés en estos cetáceos que son muy sensibles a los ruidos y sus ondas sonoras rebotan además en las paredes de cemento de sus estrechas piscinas artificiales, agravando su situación ya de por si alarmante y precaria. Kairo, el macho es el más afectado por esta situación, mostrándose la mayor parte del tiempo apático, flotando junto a una reja, mirando hacia el exterior de su piscina y sin prestar atención a los visitantes que pasan junto a él. Así pasa las horas y los años sin que parezca que su situación vaya a mejorar mientras su calidad de vida es nula a ojos de cualquier persona que vea este espectáculo.
Insisten que aunque son animales muy sociales, en el acuario los dos beluga se encuentran separados, en una jaula de cristal y sin tener espacio amplio en el exterior para poder al menos nadar y hacer ejercicio, empeorando aun más su situación y la visible depresión en el macho.
En el mismo comunicado de prensa, Proyecto Gran Simio informa que Yulka y Kairo fueron trasladados a este acuario el 4 de Julio de 2003 a las edades de 16 años (Kairo) y 8 años (Yulka) desde el Mar de Plata Aquarium de Argentina. Tres años después de llegar tuvieron una cría, que lamentablemente murió a los pocos meses, aumentando aun más la tristeza y apatía de los dos beluga, otro motivo de peso más para juzgar que no se está haciendo lo correcto manteniendo a estos animales en estas instalaciones. Era una muerte anunciada, ya que las posibilidades de supervivencia eran “muy limitadas” desde el principio según el jefe del equipo veterinario del propio Oceanográfico: http://goo.gl/XVHjo
Las muertes prematuras en animales en cautividad es algo que suele ocurrir de manera habitual, hace tan solo una semana fallecía en otro zoológico español la cría de orca Vicky, con solo 10 meses de vida.
“A nuestro juicio estos dos beluga no están adaptados a la vida en cautividad y no creemos ético ni educativo mantener a estos dos animales sufriendo durante diez años y en un estado tan lamentable por lo que volvemos a pedir que Yulka y Kairo sean trasladados a un lugar apropiado donde puedan rehabilitarse y vivir de la manera más adecuada para su especie, alejados del estrés de un acuario. Insistimos en nuestra petición por el cierre de todos los delfinarios y orcarios en España que tristemente ostenta el mayor número de estas instalaciones en Europa y que los animales que allí se encuentren cautivos sean trasladados a centros adecuados para la recuperación de estas especies”, ha declarado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio (GAP/PGS-España).
Pozas insiste en la necesidad de acabar con estos espectáculos circenses en cetáceos, como ya se ha prohibido totalmente en los países de Costa Rica, la India, Hungría y Chile. En este sentido dentro de esta misma entidad, se ha puesto en marcha el Programa Cetáceo Libre, cuyo objetivo durante este verano próximo y a bordo del barco escuela La Goleta, estudiará las poblaciones de cetáceos en el sureste español con la recogida de datos científicos y una campaña en contra de mantenerlos en cautividad exigiendo sus derechos básicos, en la que cualquier persona puede embarcar y participar en el mencionado Programa científico.