El color de las flores guarda un secreto en su interior tal y como se ha dado a conocer en un estudio internacional donde apuntan a que sus pigmentos invisibles tienen una función que va más allá de la estética ya que les ayuda en su supervivencia y reproducción.
El estudio ha analizado 926 especies de plantas polinizadas por animales procedentes del sur de España, California y el sureste de Brasil con la idea en mente de comprender qué tipos de pigmentos florales son más comunes y qué funciones cumplen en diferentes contextos ambientales.
«Más allá de sus vivos colores, las flores contienen pigmentos invisibles al ojo humano que las protegen del sol y desempeñan un papel clave en la comunicación con los polinizadores«, apuntan los responsables de este trabajo que está liderado por investigadores de las Universidades Pablo de Olavide (UPO) y de Sevilla (US)
El color de las flores, más allá de estética
Un estudio internacional liderado por investigadores de las Universidades Pablo de Olavide (UPO) y de Sevilla (US) ha revelado que las flores, más allá de su apariencia colorida, albergan pigmentos invisibles que cumplen funciones clave en su supervivencia y reproducción.
Según ha informado este martes la UPO en un comunicado, bajo la aparente simplicidad de una flor se esconde por tanto una «compleja estrategia de supervivencia». Más allá de sus vivos colores, las flores contienen pigmentos invisibles al ojo humano que las protegen del sol y desempeñan un papel clave en la comunicación con los polinizadores.
El estudio, desarrollado por un equipo multidisciplinar con participación de instituciones de España, Estados Unidos y Brasil, ha analizado 926 especies de plantas polinizadas por animales procedentes del sur de España, California y el sureste de Brasil. El objetivo ha sido comprender qué tipos de pigmentos florales son más comunes y qué funciones cumplen en diferentes contextos ambientales.
El hallazgo más sorprendente del trabajo ha sido la presencia generalizada de los denominados ‘fenilpropanoides’ absorbentes de radiación ultravioleta (UAPs, por sus siglas en inglés). Estos compuestos, invisibles para el ojo humano pero detectables por los insectos como las abejas, están presentes en todas las flores estudiadas.
‘Materia oscura’ de las flores
Según los investigadores, esos ‘UAPs’ pueden considerarse como una especie de ‘materia oscura’ de las flores. Son además posiblemente esenciales para su protección frente a la radiación ultravioleta y también útiles para atraer a los polinizadores, pero cuya función exacta es todavía desconocida.
Además de estos pigmentos invisibles, el estudio muestra que más de la mitad de las especies examinadas contenían las denominadas ‘antocianinas’, responsables de colores rojos, rosas y azules, un tercio ‘carotenoides’ (amarillos y naranjas) y algunas incluso ‘clorofilas’ (verdes), aunque muchas flores combinan varios pigmentos.
La colaboración internacional de los científicos que han llevado a cabo la investigación ha permitido comparar flores distantes geográficamente bajo una misma metodología, lo que revela patrones comunes en la frecuencia de los pigmentos florales.
Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que, a pesar de las diferencias entre las condiciones ambientales y los polinizadores –insectos en España e insectos y colibríes en California y Brasil- de las tres regiones estudiadas, la composición de pigmentos florales fue sorprendentemente similar entre ellas.
Los resultados de este trabajo aportan una nueva perspectiva sobre el papel de los pigmentos en la ecología y evolución de las flores.
«Este estudio nos ayuda a comprender mejor cómo las flores equilibran la necesidad de atraer polinizadores con la necesidad de protegerse frente a condiciones ambientales estresantes«, ha explicado el profesor Eduardo Narbona. Más allá de su atractivo estético, las flores se revelan por tanto como «órganos altamente sofisticados», cuya belleza visible solo es la punta del iceberg de una compleja red de adaptaciones evolutivas invisibles. EFE / ECOticias.com