El proyecto Eklipse, que vincula la ciencia con la política europea, publica un informe detallado sobre la gestión del medio ambiente en las zonas urbanas. El documento plantea una serie de retos de la sociedad actual, como son la salud pública o las oportunidades laborales, y qué soluciones nos puede ofrecer la naturaleza en relación a estos retos. Según los expertos que han participado, Barcelona ofrece buenas soluciones en la gestión de la calidad del aire y de remodelación de la ciudad con espacio verdes. Otras ciudades destacadas son Viena, Amsterdam y Helsinki.
Barcelona duplica el número de árboles en las calles en 30 años
El capítulo del informe dedicado al reto de gestionar la calidad del aire en las urbes elogia las políticas que ha adoptado Barcelona al respecto, que potencian el verde urbano. De esta manera, no sólo han mejorado la calidad del aire sino que también están ayudando a la mitigación y adaptación al cambio climático. En la capital catalana el 36,8% del área está representada por zonas verdes y en 2008 se contaron más de 153.000 árboles en las calles, el doble que 30 años antes. Actualmente, el número sigue aumentando hasta 235.00 y este 2017 se pone en marcha el Plan director del arbolado (2017-2037), que propone introducir especies de árbol más variadas y preparadas por el cambio climático. Según los expertos, estos avances se están hecho gracias a que es una ciudad dotada de planes de gestión con acciones definidas, como por ejemplo convertir los patios en espacios verdes, crear jardines comunitarios o promover planes de conservación como el ‘Plan del verde y la biodiversidad de Barcelona 2020’.
En el apartado dedicado a la reestructuración de las ciudades para hacerlas más sostenibles, lo que se llama «regeneración urbana», también se propone como ejemplo la capital catalana por hacer un buen uso del espacio comunitario, añadiendo hay áreas verdes y relacionándolas con la integración social. Muchos programas de inclusión social de Barcelona, donde la mayor parte de beneficiarios son personas migradas y familias de bajo poder adquisitivo, se estimulan a través de huertos comunitarios. También se señalan los huertos escolares, que crean un vínculo entre los niños y la naturaleza, y el reciente ‘Pla de Buits’ un concurso que designa espacios disponibles para huertos urbanos a entidades, asociaciones y fundaciones sin ánimo de lucro.