Tras un arresto que ha durado casi 6 meses Paul Watson, el activista medioambiental y defensor acérrimo de las ballenas y los cetáceos será finalmente liberado, tras denegarse la extradición que Japón había interpuesto contra él, mientras estaba detenido en Groenlandia.
El abogado de Paul Watson, el activista ecologista defensor de las ballenas, ha anunciado hoy su liberación. Watson llevaba en prisión preventiva, en una cárcel de Nuuk, en Groenlandia, desde el pasado 21 de julio, por una orden de arresto internacional emitida por parte de Japón.
La movilización internacional por parte de la sociedad civil, así como por parte de muchos gobiernos, ha sido fuerte en favor de la liberación de Watson, lo que ha ejercido una presión sobre el gobierno danés para no autorizar la extradición a Japón.
«Desde Alianza Verde», destaca su coordinador federal, Juantxo López de Uralde, «hemos liderado la presión en España en favor de la liberación de Watson, donde lamentamos la indiferencia del gobierno. A pesar de las numerosas solicitudes que hemos hecho desde el Congreso, también desde el Parlamento Europeo, para que el gobierno español mediase por la liberación de Paul Watson, ni siquiera ha habido un pronunciamiento en este sentido.
Quizá esto tenga sentido cuando se está reprimiendo al movimiento ecologista internamente. En cualquier caso, estamos muy satisfechos porque Japón no sólo no se ha salido con la suya, sino porque la figura de Paul Watson es ahora un símbolo más grande. El activismo no es delito y el ecologismo ha ganado frente a quienes insisten en perseguirlo».
Conociendo a Paul Watson
Paul Watson es un nombre que se ha escuchado mucho últimamente en redes sociales. No muchos están familiarizados con su misión, pero es un nombre familiar entre los defensores del medio ambiente y los activistas por los derechos de los animales. Como miembro fundador y líder de la organización Sea Shepherd Conservation Society, Watson se ha convertido en una figura emblemática en la lucha por proteger los océanos y la vida marina a toda costa.
Desde una edad temprana, Watson desarrolló una profunda conexión con el mundo natural y una pasión inquebrantable por defender a los animales indefensos. En su propio relato, cuenta que a los 11 años quedó profundamente impactado al presenciar la crueldad de la caza comercial de castores en Canadá.
Este incidente fue el detonante que lo llevó a unirse a la organización International Fund for Animal Welfare (IFAW), donde participó activamente en campañas para poner fin a la caza de focas. Posteriormente, en 1972, Watson se integró a Greenpeace, rápidamente convirtiéndose en una de las figuras más prominentes del movimiento ambiental.
Batalla sin cuartel contra los cazadores de ballenas y la pesca ilegal
Durante su tiempo en Greenpeace, Watson lideró audaces acciones de protesta, como interponerse físicamente entre los cazadores de ballenas y sus presas. Estas tácticas, si bien efectivas para llamar la atención sobre la causa, le valieron el apodo de «El Loco de las Ballenas» y generaron conflictos dentro de la organización.
«Mi filosofía siempre ha sido proteger a los animales a toda costa», afirma Watson con determinación. «Si es necesario usar la fuerza para detener la caza o la pesca ilegales, lo haré sin dudar. Para mí, la defensa del medio ambiente y de la vida marina justifica incluso el uso de métodos controvertidos».
Tras abandonar Greenpeace en 1977, Watson fundó Sea Shepherd Conservation Society, una organización dedicada específicamente a la protección de los océanos y sus habitantes. Sea Shepherd se ha distinguido por sus tácticas agresivas y a veces extremas, como el hundimiento de barcos de caza de ballenas y la interceptación de embarcaciones que participan en actividades de pesca ilegal.
En esta oportunidad su lucha lo llevó a recalar en el puerto de Nuuk, donde fue encarcelado a pedido de Japón. El país interpuso una orden de extradición contra Watson que acaba de ser desestimada por Dinamarca, que lo ha puesto en libertad.