“Lo de los incendios forestales ya es que no tiene nombre, ¿o sí En realidad, lo que está pasando con el fuego en el norte de España, es una mezcla de desidia, medias verdades, severos recortes y mucho rezar y mirar por la ventana a ver si llueve y la bendita agua tapa algunas vergüenzas, que están quedando al descubierto.”
Versión oficial
Según la Xunta de Galicia, en palabras de su mismísimo presidente Alberto Núñez Feijóo, les están atacando terroristas incendiarios, que hacen daño donde más duele. Esto lo dijo a la prensa, entre palabras de agradecimiento a brigadas, bomberos y voluntarios, el pésame a las familias de los fallecidos y la honda preocupación personal y de la Xunta, por los damnificados y los daños.
Aparentemente el presidente tiene dotes de visionario, puesto que, Todas las fuerzas están empeñadas en apagar los fuegos (ya advirtieron que los estudios y la búsqueda de las causas vendrán después), que surgen como la mala hierba, justamente en los sitios donde quienes saben del tema, vienen advirtiendo hace años que hay más peligro y menos previsión.
Qué es lo que NO dicen
Que lo que se está quemando es en realidad el pulmón de la península y que, además, la zona de Galicia y el norte de Portugal son las zonas de bosques naturales más grandes de toda Europa, con una biodiversidad tan particular, como irrepetible e irrecuperable.
Que en los últimos cuarenta años (1976 – 2016) los incendios forestales han hecho arder a la mitad del territorio de Galicia (solo el año pasado se quemaron más de 12,000 hectáreas) y que este tipo de situaciones, pueden superar la capacidad natural de los bosques, de recuperarse.
Que sobre todos los incendios de España pende la Ley de Montes y si bien, la recalificación de los territorios quemados no será posible hasta dentro de 30 años, la única forma de preservar estas áreas es, como propusieron en su momento los bomberos, declararlas “cementerios de la Naturaleza”, dado que un camposanto sí resulta intocable.
Que con mientras la Xunta mantuvo la alerta de grave peligro de incendios en la zona, la empresa Seaga se dio el “lujo” de despedir casi a 500 brigadistas, gente que conoce y sabe moverse en los montes, que hubiesen sido de enorme ayuda, para que estos fuegos no se extendieran.
Que días antes de que comenzara el fuego, cientos de personas se manifestaron en Santiago, frente a la sede de Montes, exigiendo que se tomasen mayores medidas de prevención, para evitar incendios forestales y alertando que, si éstos surgían, ocurriría alguna desgracia, ante la falta de gente especializada para combatirlos.
Conclusiones
Llegaron a haber 150 fuegos activos y simultáneos (el total se calcula en 205), los incendios arrasaron montes, campos y pueblos enteros y el grado de daño al Medio Ambiente es incalculable, porque las lluvias que arreciaron ayer, pueden arrastrar las cenizas hacia las rías (donde se crían mariscos) y hacer que los estragos sean aún peores, a todo nivel.
Cuatro vidas humanas se perdieron, ha muerto animales domésticos y miles de seres vivos salvajes fueron calcinados o expulsados de sus hábitats naturales. Los daños económicos, sociales, medioambientales y psicológicos son enormes y en muchos casos no habrá dinero que los repare.
La pregunta que surge es: ¿hasta cuándo van a permitir que se queme el país? El Cambio Climático no puede ser usado solo como excusa, para justificar la magnitud de los incendios; hay que gestionar adecuadamente los montes para prevenir estos desastres.
Basta de muertes, de permitir que el patrimonio forestal arda, sin hacer otra cosa que buscar excusas y chivos expiatorios y basta de desidia, intereses creados, manipulaciones y falta de escrúpulos a la hora de la gestión. Es hora de empezar a construir, que de destruir ya se encarga el fuego.